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Brasil en rojo | 
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| La expansión acelerada del crédito en los últimos años permitió el crecimiento de la economía interna brasileña y el aumento de la inclusión financiera, pero también trajo consigo ciertas vulnerabilidades, tales como el incremento de la morosidad en el país, lo que ha encendido las luces de alerta entre economistas y empresarios. Varios expertos alegan que las empresas pequeñas, medianas y grandes están pasando por dificultades para afrontar el pago de sus deudas; por ello, están intentando renegociar las condiciones con los acreedores. Hasta ahora, el sector más sensible es el de las plantas de azúcar y del alcohol debido a la caída en los precios de las materias primas.
No obstante, otros analistas le restan importancia al aumento de la morosidad en Brasil, pues confían en que la situación se revertirá a corto plazo. Además, la baja relación entre crédito y PIB hace poco probable que se viva, en Brasil, alguna burbuja basada en la sobrevaloración de activos intangibles. Sin embargo, un informe del FMI indica que las familias brasileñas están destinando un 23% de sus ingresos a servir deudas, una proporción alta en comparación con el resto de la región. Una tendencia de crédito y morosidad, unida a un ciclo económico a la baja, podrían llevar a algunos hogares a un estrés financiero.
En respuesta a esta situación, los bancos brasileños sostienen que el crecimiento de la morosidad se debe a un aumento de provisiones y condiciones más estrictas de cobranza y evaluación crediticia de sus clientes. De todas formas, en su opinión, el problema estaría bajo control mediante una política prudente de provisiones en las carteras de crédito y capital. No obstante, el principal obstáculo de esta situación radica en las altas tasas de interés en Brasil, las mayores en Latinoamérica. Incluso el año pasado, la brasileña (34,5%) triplicó la peruana (13,4%), la segunda tasa de interés más alta de la región.
Para hacer frente a esta problemática, el Gobierno brasileño, junto al Banco Central, ha adoptado una serie de medidas que estimulen la competencia y permitan una baja en las tasas de interés. De hecho, otras alternativas podrían ser fomentar las cooperativas de crédito y alargar los plazos para que el consumidor obtenga más recursos y comprometa menos su renta. Y, precisamente, el Gobierno ha usado los bancos públicos para forzar una caída de los intereses, lo que ha surtido efecto en el mercado. Además, la posibilidad de traspasar la deuda de un banco a otro supone una ventaja, pues los deudores podrán acceder a mejores condiciones.
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Este es el resumen del artículo "Brasil en rojo" publicado en Noviembre 2012 en la revista América Economía.
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