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El mexicano global | 
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| México se ha transformado. Hace una generación, defendía sus fronteras ferozmente contra las importaciones yanquis. Actualmente, gracias al Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (Nafta), es una de las más grandes economías abiertas del mundo. Las exportaciones más las importaciones llegarán al equivalente del 69% del PIB este año (mucho más alto que Brasil, 19%, o China, 48%). Es el segundo mayor exportador de frigoríficos y el segundo más grande proveedor de productos electrónicos a los EUA. Su situación geográfica ayuda. Ninguna otra economía emergente comparte una gran frontera por tierra con el mayor mercado del mundo. Y los sueldos en aumento en China están haciéndolo más competitivo. Añada el precio del combustible y puede ser más barato hacer las cosas en Monterrey y transportarlas por el Río Grande, que hacerlas en Guangdong y embarcarlas por el Pacífico.
En México no solo la élite está globalizada, el campesinado también. Los ricos estudian en EUA; los pobres limpian pisos allá y ambos benefician a su tierra de origen. La élite recoge habilidades y contactos en las universidades de EUA, los que ayuda a las firmas mexicanas a hacer negocios con su gigante vecino. Los emigrantes mandan dinero a las pobres aldeas mexicanas. La proporción que cruza la frontera es colosal. Uno de cada diez mexicanos vive en EUA y la cifra es de 33 millones, creando un mercado para los productos mexicanos. Sus firmas más dinámicas tienden a ser cosmopolitas. El Grupo Bimbo vende tortillas en EUA y panes al estilo americano en México y planea invertir $ 1 mil millones en EUA en los próximos cinco años, consolidando un negocio que desde hace tiempo ha estado desperdigado. Otras firmas mexicanas se están extendiendo también.
Para una multinacional, el tener su base en México ya no es una desventaja. Levantar un capital no es difícil; y las firmas mexicanas están bien situadas para expandirse al norte o al sur. De los 19 países en los que opera el Grupo Bimbo, todos menos tres están en las Américas (los otros son España, Portugal y China). Aun hay montones de razones para preocuparse por los negocios mexicanos. El crimen es una de ellas: las pandillas de drogas corta cabezas asustan a los turistas y sacuden a las pequeñas firmas. Pero la violencia apenas toca a los grandes inversionistas. La corrupción es una preocupación mayor. El escándalo de Walmart no sorprendió a nadie. Los funcionarios locales son lentos para que las compañías les paguen por apurarse.
Otra cosa crítica de las firmas globales mexicanas es que tienen el poder de aventurarse al extranjero solo porque tienen ganancias de oligopolio en casa. Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, controla más del 70% del mercado mexicano de teléfonos móviles, lo que le proporciona efectivo abundante para invertir en firmas foráneas telefónicas. Bimbo y Cemex han usado sus posiciones dominantes en casa como un resorte para las inversiones en el extranjero, aunque estas tienen todavía que probar su valor La mayor amenaza a las firmas mexicanas es el cierre de la frontera de 2,000 millas. Gracias a los (drones), deportaciones y baches económicos, la migración neta de México a EUA ha decrecido a casi cero. Si los estudiantes y trabajadores mexicanos encuentran muy difícil moverse de arriba a abajo, no se moverán. Las conexiones envejecerán, como cortezas de pan. Esto será malo para los negocios y más.
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Este es el resumen del artículo "El mexicano global" publicado en Octubre 27, 2012 en la revista The Economist.
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