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Una bomba de tiempo en el corazón de Europa |
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| Si bien la amenaza del colapso del euro ha mermado por el momento, pues el regreso a una moneda local supondría un retroceso económico para todos los países de la zona euro, lo cierto es que muchos analistas, además de preocuparse por las huelgas y manifestaciones masivas desencadenadas en Portugal, España e Italia, centran ahora su foco en la vulnerable economía francesa. No se puede negar que Francia, cuyo papel protagónico le ha dado un puesto influyente en la Unión Europea, se ha beneficiado fuertemente de la moneda en común a través de sus solicitudes de préstamo a tasas de interés sumamente bajas, las cuales han impedido que este país sortee los obstáculos de los países del Mediterráneo.
El hecho es que la economía francesa, aunque tiene sus fortalezas, también ha dejado en evidencia sus grandes debilidades en la crisis del euro. La más preocupante es la pérdida de competitividad ante Alemania, una tendencia que se va agravando más a medida que los alemanes han ido reduciendo sus costes e implementando reformas. Al no contar con la posibilidad de devaluar la moneda, Francia debe recurrir al gasto y deuda pública. A su vez, el clima laboral en Francia también ha empeorado, ya que las empresas francesas se ven sofocadas por 1) una regulación del mercado laboral excesivamente rígida, 2) una alta carga tributaria, 3) unos fuertes cargos sociales sobre los salarios. No es una sorpresa que Francia tenga menos pequeñas y medianas empresas en comparación con Alemania, Italia y Gran Bretaña.
En pocas palabras, la economía francesa permanece estancada y puede caer en recesión este trimestre. Es más, algunos analistas financieros auguran que su crecimiento apenas será notable el próximo año y que el 10% de su fuerza laboral y más del 25% de los jóvenes estarán desempleados. Para hacer frente a esta problemática, el gobierno francés tendría que adoptar reformas en el mercado laboral cuanto antes, aprovechando que el partido socialista tiene mayoría en el parlamento y en casi todas las regiones del país. Además, la izquierda cuenta con mayores posibilidades que la derecha de persuadir a los sindicatos para aceptar los cambios pertinentes.
Además, una buena parte de la agenda política francesa debe centrarse en recapturar la confianza perdida de los inversionistas tras la implementación de medidas izquierdistas, tales como el aumento exagerado de los impuestos sobre la renta, capital, ganancias, y dividendos, entre otras.
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Este es el resumen del artículo "Una bomba de tiempo en el corazón de Europa" publicado en Noviembre 17, 2012 en la revista The Economist.
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