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Le apostó al Botox -- y ganó | 
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| David E.I. Pyott, CEO de Allergan Inc., aunque a sus 50 años no necesita de los beneficios de Botox, se sometió a una sesión demostrativa de los beneficios de este producto el año pasado en Mónaco para demostrar su confianza en este nuevo descubrimiento de la empresa para reducir las arrugas de la piel (que se deriva de las mismas toxinas paralizantes que causan el botulismo). Gracias a la intervención de Pyott desde 1998 cuando asumió el cargo, la empresa se ha reposicionado y ahora no es sólo reconocida por sus productos oftálmicos.
En 1991, Allergan le compró Botox a un oftalmólogo que estaba desarrollándolo para tratar desórdenes musculares en los ojos. Los médicos que lo prescribían reportaban sus efectos en la reducción de las arrugas de la piel y algunos dermatólogos comenzaron a probarlo. Pyott veterano de la industria farmacéutica se dio cuenta del potencial y optó por la adquisición. En 1999 dedicó gran parte del presupuesto de investigación y desarrollo de la empresa en dicho producto. Los primeros signos positivos se vieron en el 2002 cuando la FDA aprobó la salida al mercado de Botox como un reductor de arrugas. Las ventas subieron de US$ 309 millones a US$ 440 millones y se espera que siga la tendencia. Las ganancias de la empresa proyectan un incremento de 24% mientras que los inversores han impulsado las acciones hasta un 35%.
Pyott cree además que Botox puede tener otros usos, por lo que Allergan está evaluándolo como un remedio para migrañas, dolor de espalda crónico y sudor excesivo. Pese a estas expectativas, al gobierno todavía le preocupa que Allergan esté dando demasiados impulso a Botox y haya dejado de especificar en sus avisos publicitarios sus efectos colaterales. Esta no es la primera vez que Pyott ha confrontado problemas en Allergan, en el 2002 decidió cerrar la unidad de productos para lentes de contactos, lo que para muchos significó casi una tragedia. Para el gerente fue una decisión que llevaba a la empresa a otra rama más productiva: el desarrollo de medicamentos.
Este CEO, que habla cuatro idiomas y ha vivido en 10 países, estudió derecho y negocios, mientras escalaba montañas en su tiempo libre. En la actualidad se mantiene firme en su plan de afianzar a Allergan. Adicionalmente a su trabajo con Botox la empresa investiga tratamientos potenciales para el glaucoma, la soriasis, el acné y la diabetes. La meta de Pyott es mantener el crecimiento de la organización sin alejarse demasiado de lo que la empresa hace mejor.
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Este es el resumen del artículo "Le apostó al Botox -- y ganó" publicado en Octubre 13, 2003 en la revista Business Week.
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