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La medicina de Monti |
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| Con la adopción de un paquete severo de reformas, el primer ministro italiano, Mario Monti, ha logrado recuperar la credibilidad de su país en el extranjero, en medio de un panorama nacional en donde la economía se sumergía, poco a poco, tras la fuga de la inversión extranjera y el alza del rendimiento de los bonos, ambas consecuencias del gobierno de su antecesor, Silvio Berlusconi. Lo cierto es que la gestión de Monti es más reconocida por los mercados, que por los mismos italianos, pues el primer ministro supo lidiar con la economía de un país con la relación más alta entre deuda soberana y PIB de Europa, a excepción de Grecia. Vale resaltar que a Italia le ha tomado más de una década reducir su proporción deuda-PIB de un 121% a mediados de los 90 al 103% en 2007.
Gracias a las medidas de austeridad de Monti, la economía italiana, la cual entró en recesión desde mediados de 2011, se contraerá sólo un 0,5% en 2013, según estimaciones de la Comisión Europea. No obstante, la tasa de desempleo ha aumentado del 8,8% en el 2011 al 11,1% en el siguiente año (una cifra que se ubica aún por debajo del promedio de la zona euro); el desempleo juvenil gira en torno al 36,5%, el mayor porcentaje de Europa. Como punto positivo, los recortes adoptados por Monti traerán consigo un posible excedente presupuestario del 3,5% del PIB para este año. De hecho, la deuda podría empezar a descender si 1) se mantiene el rendimiento de los bonos bajo control, 2) si se obtienen unos modestos retornos de crecimiento, y 3) si se inician planes de privatización.
La economía italiana se ve favorecida, a su vez, con el bajo nivel de endeudamiento de las empresas y familias, según los estándares internacionales. Es más, los pasivos externos superan por poco a los activos; la diferencia es apenas de un 20% del PIB a diferencia del 100% de Irlanda, Portugal y España. A su vez, los bancos italianos no se encuentran asfixiados, pues han sido controlados cautelosamente. Sin embargo, no todo son buenos pronósticos económicos, pues la severidad de la recesión producirá una fuerte contracción fiscal, con lo que la concesión de créditos a empresas caerá y la tasa de interés en nuevos préstamos superará el promedio de la zona euro.
Como si esto no fuera suficiente, la combinación de una baja productividad con un continuo aumento salarial ha disparado los costes laborales de las empresas, lo que implica una pérdida de competitividad frente a Alemania, en especial, y otras economías de Europa del sur. Para afrontar esto, Monti ha diseñado reformas estructurales con el objeto de transformar el mercado laboral y productor italiano y hacer crecer el PIB en un 6% en los próximos 5 años, según el FMI. Entre las reformas para lidiar con la situación actual del mercado laboral italiano, Monti plantea 1) extender la vida laboral de los trabajadores, 2) conseguir una mayor inserción de mujeres en el mundo laboral, 3) desmantelar el mercado laboral doble, en donde los empleados con mucha antigüedad resultan difíciles y costosos de despedir, mientras los jóvenes deben migrar de un empleo temporal a otro.
En cuanto a los cambios en el mercado productor, la idea es acabar con los monopolios locales que imponen altas tarifas en el sector comercial, mejorar la calidad y eficiencia de los servicios públicos italianos y eliminar obstáculos burocráticos.
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Este es el resumen del artículo "La medicina de Monti" publicado en Diciembre 08, 2012 en la revista The Economist.
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