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Microcrédito y patriarcado: ¿Un perjuicio para las mujeres? | 
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| En muchos países, la concesión de microcréditos, pequeños préstamos y otros servicios financieros se ha convertido en un verdadero beneficio social para combatir la pobreza, introducir a las mujeres en el mundo laboral y dotarlas de poderes para ayudar a sus familias. No obstante, existen aspectos culturales que juegan en contra de la eficacia de los microcréditos. Uno de ellos son las actitudes patriarcales que limitan la posibilidad de concederles préstamos a las mujeres, que suele ser el género más vulnerable y débil en asuntos sociales.
Si bien, en los países con mercados más liberalizados y mayor flujo de capital, se ha evidenciado un aumento en la capacidad de generar más préstamos, lo cierto es que estos mismos factores podrían llevar a las instituciones de microcrédito a ser menos proclives al momento de conceder préstamos a mujeres. En pocas palabras, el objetivo de los microcréditos se ve inalcanzable no sólo en los mercados donde hay un clima favorable para los negocios, sino también en aquéllos donde reina la cultura patriarcal, caracterizada por un sistema de creencias que enfatizan el papel de la mujer en el hogar, menosprecian su educación y prohíben la herencia de propiedades que podrían servir de garantía de préstamo.
Es por ello que, a medida que aumenta el grado de patriarcado, mayores serán las barreras que dificultará la participación de las mujeres en la economía y más complejas aún serán las posibilidades de cumplir el objetivo social de la concesión de los microcréditos a una parte de la población que está excluida de los canales financieros tradicionales.
Es cierto que el crecimiento de la inversión extranjera, los bajos impuestos y las regulaciones favorables beneficia a las instituciones de microcréditos. Sin embargo, más allá de los propósitos sociales de cara a mejorar la calidad de vida de las mujeres y sus familias, dichas entidades también esperan obtener retornos financieros positivos. Según varios estudios, las instituciones de microcréditos que se dedican a hacer préstamos a mujeres no tienden a ser objetivos atractivos para los inversores, pues difícilmente llegan a ser autosostenibles financieramente. Por ende, éstas deben seguir dependiendo más de los subsidios del Gobierno que de sus equivalentes comerciales.
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Este es el resumen del artículo "Microcrédito y patriarcado: ¿Un perjuicio para las mujeres?" publicado en Febrero 19, 2013 en la revista Knowledge @ Wharton.
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