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Del altar a la OPV: Los altibajos de las parejas socias de empresas | 
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| En medio de la crisis económica, cada vez son más las parejas que optan por materializar una iniciativa empresarial y emprender un negocio pequeño y familiar, una alianza que puede resultar beneficiosa siempre que se equilibre correctamente la vida personal y profesional de los cónyuges. Para muchos empresarios, tener al cónyuge de socio es ventajoso, pues la confianza que se deposita en la mujer o en el marido que administra la empresa será siempre mayor que aquélla que se tiene en los demás socios comerciales. En el plano personal, la relación se podría ver fortalecida pues hay una motivación adicional por 1) compartir las alegrías de la realización profesional, 2) buscar nuevas formas de admirarse y respetarse, 3) aprender con mayor rapidez, 4) considerar el punto de vista o perspectiva del otro gracias a la mutua reciprocidad del matrimonio.
Sin embargo, no todo es tan sencillo como parece, pues hay obstáculos, tales como la presión financiera en una sociedad de cónyuges, que puede convertirse en una verdadera limitación para llevar la empresa a buen puerto. No sólo el dinero de la pareja está vinculado a los ingresos del negocio, renta, plan de salud, fondo de pensión, sino que también la sociedad conyugal se encuentra con dificultades para atraer financiamiento externo para la empresa, ya que el riesgo y complejidad que supone tener que lidiar con un matrimonio resulta muy alto para los inversores.
Este estrés puede perjudicar el vínculo matrimonial, especialmente si la pareja no logra separar lo que sucede en la empresa de lo que pasa en la relación. Para ello, los expertos sugieren que los cónyuges inviertan tiempo y busquen su propio espacio para no terminar hablando sobre temas laborales, pues las exigencias interminables de los negocios terminarían sofocando todo lo demás. Antes de iniciar un negocio, sería ideal que las parejas no sólo dejaran a un lado el hecho que se conocen, de antemano, y entienden la perspectiva empresarial de su compañero, sino que también tuvieran una conversación seria de cómo deberían ser las cosas antes de dar ese paso.
Según varios estudios, los casos de asociaciones empresariales exitosas entre marido y mujer suelen estar constituidas por parejas transparentes, bastantes integradas, con unas bases y un matrimonio muy sólido. Para hacer la línea divisoria entre el hogar y en el trabajo menos tirante, los especialistas recomiendan ser flexible en cuanto a la distribución de tareas y responsabilidades. Es importante también buscar orientación externa (proveniente de consultores empresariales, organizaciones profesionales, mentores, consejeros matrimoniales, amigos) con el objeto de ampliar la perspectiva laboral y personal.
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Este es el resumen del artículo "Del altar a la OPV: Los altibajos de las parejas socias de empresas" publicado en Marzo 05, 2013 en la revista Knowledge @ Wharton.
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