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Redes enredadas



Revista: The Economist
Tema: Industria de alimentos y bebidas
Fecha: Octubre 4, 2003
El atún y cómo debe pescarse en el Pacífico oriental, se ha vuelto un asunto de conflicto entre legisladores y consumidores en los Estados Unidos y Europa. De una parte, pescadores, científicos y algunos conservadores del ambiente apoyan lo que ellos ven como una pesca legítima en cuanto a la protección del medio ambiente. En el otro, los activistas de los derechos de los animales acusan el primer grupo de promover la muerte de delfines. En este lado del océano, la pesca de atún de México, Centroamérica, Colombia, Ecuador y Venezuela se hace a menudo persiguiendo a estos peces que nadan entre grupos de delfines. Algunos pescadores cazan por consiguiente a los delfines que nadan en la superficie, lanzando sus redes para lograr los atunes que nadan a una mayor profundidad.

En el pasado las muertes de delfines eran innumerables. Pero en 1980 un grupo activista de San Francisco, llamado Earth Island Institute (EII), lanzó una campaña en contra. Luego de un boicot de consumo, tres empresas atuneras de Estados Unidos decidieron no comprar más a los botes que perseguían delfines. La campaña se convirtió en ley y se propagó a Europa. Así también en los últimos años se han perfeccionado las técnicas para pescar el atún aleta amarilla sin tocar a los delfines. Como resultado, el año pasado murieron sólo 1.600 delfines en comparación con 133.000 en 1986. Sin embargo para el EII, ningún delfín debería correr este peligro. Otra posición es la que sostiene la Comisión Tropical Interamericana del Atún (IATTC), que indica que ni los científicos están de acuerdo en la rapidez de la recuperación y reproducción de los delfines en un ambiente estable. Así también indica que las técnicas de pesca calificadas como seguras para los delfines involucran a otras especies como tiburones y tortugas. Por tanto las presiones son distintas para establecer una definición de seguridad para los delfines en Estados Unidos. El pasado diciembre el Servicio de Pesca Nacional de la Marina concluyó que la pesca de atun persiguiendo delfines tenía un bajo impacto en estos últimos.

La disputa hace mucho daño a los pescadores. Desde que la ley americana impide al atún mexicano ser calificado como seguro para los delfines, casi nadie en los Estados Unidos quiere comprarlo. La demanda del atún aleta amarilla está creciendo en Europa, pero también es difícil colocarlo por los impuestos y las presiones de Earth Island. Incluso si las reglas cambian cuando el gobierno reevalúe la definición de pesca segura para delfines, las tres principales procesadores norteamericanas que suplen el 90% del atún enlatado a Estados Unidos, expresan que no comprarán pescado a quienes hayan tenido que ver con asuntos de captura de delfines. La imagen de Flipper sofocándose en una red todavía prevalecerá en las mentes de muchos, incluso si se llega a determinar que la etiqueta “seguro para delfines” es ecológicamente incorrecta.




Este es el resumen del artículo "Redes enredadas" publicado en Octubre 4, 2003 en la revista The Economist.

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