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Los sabuesos del capitalismo |
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| Cada vez son más las compañías que contratan detectives para confirmar o descartar que un cliente, empleado o socio esté incurriendo en un delito, estafa, malversación, desviación de fondos o evasión tributaria. Es tal el negocio lucrativo de este gremio que ya existen empresas dedicadas exclusivamente a la investigación corporativa. Las tareas de los detectives corporativos son muy variadas. Algunos asumen asignaciones en cualquier parte del mundo, contratan desde ex policías, fiscales, expertos informáticos, contadores hasta periodistas de investigación para dar con datos importantes, que luego analizan y comparten con clientes. Éstos, a cambio, reciben unos jugosos honorarios por sus servicios.
Actualmente, hay mucho interés por saber qué están haciendo otras empresas, especialmente cuando hay fusiones o adquisiciones de por medio. De hecho, una gran fuente de trabajo para los investigadores corporativos es el área de la regulación empresarial. Para las multinacionales, es muy difícil saber si los empleados han violado alguna ley contra el soborno o la corrupción; de allí que recurren a los investigadores para develar sus sospechas o dudas. Por otra parte, la denuncia de irregularidades, traídas a la luz gracias a la conducción de investigaciones corporativas, ha aumentado considerablemente tras la entrada de empresas occidentales en mercados emergentes, lo que ha generado un incremento de puestos de trabajo en este negocio.
Otro campo en expansión para los detectives corporativos son los trabajos de debida diligencia, en los que se analizan los antecedentes criminales de clientes potenciales o socios empresariales. En algunos países, estos sabuesos proveen a sus clientes con un reporte de las finanzas del investigado, que sirve de prueba de fe para los bancos, entes reguladores o socios. Mientras algunas empresas contratan investigadores corporativos para conocer el historial penal de todos sus empleados, incluso de choferes, otros lo hacen con el objetivo de 1) determinar la procedencia de algún dinero, 2) descartar una posible evasión tributaria, 3) investigar sobre litigaciones de fraude, 4) hacer rastreos de activos e informes de insolvencia. Estos casos se han hecho muy comunes en medio de un clima económico turbulento.
Como si esto no fuera suficiente, la reciente aparición de ciberataques y ciberespionajes han hecho aumentar la demanda de investigaciones corporativas por parte de las empresas para asegurar su seguridad. Es tanto así que las ganancias basadas en el análisis forense digital se han duplicado en apenas un año. De hecho, la tarea de recopilación y procesamiento de datos digitales, junto a las estrategias para luchar contra el blanqueo de dinero, pueden que sean las ramas más lucrativas de este negocio. Si bien algunas compañías tienden a subcontratar empresas que cuentan con la tecnología adecuada para rastrear el material digital antes de que los abogados empiecen a analizarlo, otras empresas importantes, como Deloitte, y algunos bufetes de abogados se apresuran a contratar a ciberdetectives para asumir el trabajo de investigación internamente y reducir los costes de los servicios ofrecidos por empresas externas.
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Este es el resumen del artículo "Los sabuesos del capitalismo" publicado en Enero 05, 2013 en la revista The Economist.
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