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Más allá de las funciones | 
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| El modelo funcional que prevalece en la mayor parte de las compañías data de mediados del siglo XIX. Algunos de los principales funcionarios de las primeras compañías privadas eran operadores de telégrafo. Luego, las compañías de alimentos y herramientas crearon fuerzas de ventas en vez de depender de intermediarios. Luego, aparecieron los departamentos de finanzas y los laboratorios de desarrollo de productos. Al incluir sus especialistas en las oficinales centrales y distribuirlos en departamentos funcionales, las compañías grandes lograron aprovechar al máximo la experiencia de sus empleados. Durante las décadas siguientes, el persona de las compañías creció cada vez más.
Hoy en día, el modelo funcional se ha vuelto el concepto fundamental de casi todas las estructuras organizativas, tanto públicas como privadas. De hecho, este concepto está tan arraigado en las actividades diarias de la mayoría de las compañías que casi nadie lo cuestiona. Las unidades de negocio vienen y van, pero los departamentos de finanzas, RR HH, marketing, etc., parecen inamovibles. Nadie pone en duda el valor de las funciones. Ninguna compañía puede prescindir de estas. Pero es preciso actualizar los modelos de negocio y organizativos que rigen dichas funciones. Ya las relaciones y las prácticas más comunes no encajan en los grupos diseñados muchas décadas atrás.
Quizá el síntoma más obvio de que el modelo funcional ya no está vigente es el tan extendido problema de la incoherencia. La mayoría de los equipos funcionales son muy buenos en muchas cosas, pero no hacen nada con excelencia. La organización funcional ya no le sirve tanto a las compañías. Y esto por tres razones: 1) la experiencia necesaria para diferenciar a la compañía y ganar en el mercado es más compleja que en el pasado; 2) la creación de una diferenciación significativa requiere de capacidades que casi siempre son interdisciplinarias; y, 3) las funciones tienen la tendencia natural de aislarse en silos organizativos, lo que implica que el personal se centre en su propia excelencia y no en la estrategia de la compañía.
Aunque todos estos problemas se pueden solucionar puntualmente, ninguno se puede resolver completamente con el actual modelo funcional. Es claro que este modelo ha quedado obsoleto. Pero si esto es así, ¿cómo qué lo podemos reemplazar? La solución más común es crear equipos multidisciplinarios. Dichos equipos pueden variar dependiendo del cambio requerido. Algunos son relativamente formales, mientras que otros tiene que ver solamente con grandes cambios de la estructura de la organización. Incluso, es posible que algunos tengan representación en el equipo ejecutivo de la compañía.
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Este es el resumen del artículo "Más allá de las funciones" publicado en Abril 2013 en la revista Strategy + Business.
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