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Despertando la oficina | 
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| Varios estudios han develado que la falta de sueño afecta considerablemente el desempeño laboral, la capacidad de reacción y resolución de problemas, humor, concentración, creatividad y el comportamiento emocional, físico, mental y social de los empleados en su entorno de trabajo. Al observar unas imágenes de resonancia magnética, se mostró la notable diferencia entre la actividad cerebral tras una noche de sueño deficiente y una de sueño reconstituyente. Cuando se analiza un cerebro energético, despierto y descansado, se perciben todas las áreas activas procesando la información.
En términos de costes de productividad, la falta de sueño en los empleados puede llegar a ocasionar una pérdida de más de US$ 63 mil millones anuales a las empresas. Si esto se desglosa individualmente, la pérdida equivale a US$ 2.280 por empleado improductivo anualmente. Es cierto que muchas empresas conscientes de esta problemática se han visto en la necesidad de incorporar el sueño como un componente adicional dentro de sus programas de desarrollo de liderazgo y bienestar. De hecho, un 6% aprox. de las compañías de EUA, entre ellas Nike, Google, Procter & Gamble, Rodale y The New York Times, han instalado cabinas para que sus empleados tomen la siesta y así sean mucho más eficientes en el trabajo.
Algunas cuentan con áreas de descanso y relajación para leer un libro u ordenar los pensamientos, mientras otras, como Johnson & Johnson, ofrecen programas de bienestar para cambiar los hábitos de sueño en sus empleados. En dichos programas, los participantes siguen un diario del sueño y reciben recomendaciones personalizadas para deshacerse de cualquier ansiedad que pueda estar causando este problema. Los resultados de este programa han sido impresionantes, pues los participantes no sólo aumentaron el tiempo que le dedicaban al sueño, sino que también percibieron un descenso notable en su nivel de fatiga. Como si esto no fuera suficiente, la empresa alcanzó un ahorro de productividad de US$ 5.678 por empleado. Por el contrario, existen muchas otras compañías que no reconocen el sueño como un factor determinante en la productividad de sus empleados por temor a perder parte de sus accionistas o consumidores. Es por ello que éstos tienden a atacar el bajo desempeño de su personal con programas enfocados a hacer ejercicio, perder peso, evaluar regímenes nutricionales, controlar el estrés o dejar de fumar.
Ante esta situación, los expertos sugieren no sólo tener más horas de sueño para mejorar la productividad, sino también adoptar hábitos diarios que permitan liberar la ansiedad con el objeto de dormir reconfortantemente. Entre esos cambios de rutina están: 1) evitar tomar cafeína o alcohol en horas de la noche, 2) hacer ejercicio con frecuencia, 3) reducir los niveles de estrés, y 4) crear un ambiente que induzca al sueño. Incluso se ha comprobado que existe un vínculo entre la falta de sueño y algunas enfermedades, tales como ciertas afecciones coronarias, infartos, obesidad, diabetes, depresión, ansiedad y cáncer. De hecho, muchos individuos han notado cómo han desaparecido algunas de estas enfermedades por completo con tan sólo cambiar sus hábitos de sueño.
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Este es el resumen del artículo "Despertando la oficina" publicado en Mayo 2013 en la revista HRE Online.
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