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Evitar un incendio la próxima vez |
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| El incendio que arrasó con la fábrica de Triangle Shirtwaist en Nueva York en el año de 1911, matando a 146 personas, fue el catalizador para grandes mejoras en las condiciones de trabajo industrial en EUA. El colapso del Rana Plaza el día 24 de abril –un complejo de fábricas de textiles de 8 pisos cerca de Dhaka, Bangladesh– fue mucho más mortal que el anterior, con un saldo de al menos 400 personas fallecidas. Aunque la tragedia ha hecho un llamado para que existan fábricas más seguras en Bangladesh y otros países en vías de desarrollo, no es muy seguro de que esto sucederá.
Luego del incendio en Nueva York, protestas por parte de sindicalistas han llevado a la aprobación –y al cumplimiento– de nuevas leyes. Los dueños de las fábricas y sus clientes se han llevado la peor parte de los altos costes: en esos tiempos menos globalizados, no había ningún otro lugar a donde ir. En Bangladesh al presente, las cosas son más complicadas. Sus sindicatos están siendo suprimidos de forma más agresiva que nunca en EUA. Ya existen allá normas para los edificios que deberían haber evitado el colapso –pero que no fueron acatadas. Unas dos docenas de propietarios de fábricas son miembros del parlamento. Los clientes extranjeros de las fábricas tienen bastantes otros países de bajo coste donde podrían mudar el trabajo.
Se dice que algunas fábricas estadounidenses bien conocidas están contemplando hacer eso –no porque ellas teman que los grandes estándares de las fábricas en Bangladesh les elevarán los costes, sino que temen que otra tragedia les dañará sus reputaciones. El colapso de la fábrica en Dhaka sucedió menos de 6 meses tras un incendio registrado en otra fábrica de textiles cerca de la ciudad que matara al menos a 117 personas.
Hasta ahora, sin embargo, la mayoría de las grandes marcas y minoristas de textiles pareciera importarles quedarse en Bangladesh, esforzarse más en mejorar la seguridad en las fábricas de sus contratistas y generar buena voluntad entre las personas locales. Primark, un minorista británico de bajo coste, y Loblaw, el propietario canadiense de la marca Joe Fresh, cuyas mercancías fueran encontradas entre los escombros, han acordado pagarles una compensación a las víctimas y sus familias.
Incluso antes del último desastre, algunos minoristas extranjeros habían tomado medidas para elevar los estándares de seguridad. Durante el pasado mes de octubre, Gap anunciaba un plan de seguridad en caso de incendios, el cual incluiría ayudar a los propietarios de fábricas a pagar por mejoras. A comienzos de abril, Walmart, de quien se encontraran algunos de sus productos esparcidos entre las cenizas del incendio en la fábrica el año pasado, donó US$ 1,6 millones al Instituto de Comunidades Sostenibles, una organización no gubernamental (ONG), para ayudarla a establecer una academia de salud y seguridad en Bangladesh. Walmart además introdujo recientemente unas auditorias de seguridad contra incendios más estrictas, así como unas políticas de “cero tolerancia” hacia los contratistas que sean sorprendidos utilizando fábricas no autorizadas para elaborar los productos de Walmart.
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Este es el resumen del artículo "Evitar un incendio la próxima vez" publicado en Mayo 04, 2013 en la revista The Economist.
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