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Lo público y privado en Brasil | 
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| Si bien el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) es uno de los principales agentes de la economía brasileña, lo cierto es que todo apunta a que esta empresa pública ha estado brindando apoyo financiero injustificadamente a grandes grupos económicos nacionales. El BNDES participa directamente en grandes empresas de celulosa, alimentos, minería y energía. No obstante, la baja calidad de sus inversiones, el pobre retorno obtenido y sus escuetos criterios para asignar recursos le está costando caro a la empresa financiera.
Entre sus múltiples acciones y movimientos estratégicos, se encuentra la controversial operación de rescate de BNDES a la cadena de frigoríficos Marfrig, una de las mayores empresas de carne y alimentos de Brasil. Dicha empresa pasaba por un delicado momento financiero, pues no tenía caja suficiente para cubrir más de US$ 1.600 millones en vencimientos de corto plazo. De allí que BNDES se lanzó a su rescate, como parte de una estrategia de desarrollo, y le inyectó recursos públicos con la idea de formar campeones nacionales.
Según los expertos, la apuesta de BNDES por Marfrig derivó en una encrucijada financiera y política, ya que el banco colocó dinero público donde no tenía sentido y ahora el coste político de asumir el control de la empresa sería extremadamente caro. Haciendo un poco de historia, la institución financiera ha estado siguiendo el modelo de Corea del Sur de los años 60. La diferencia es que los coreanos usaron el apoyo estatal para adquirir conocimientos e incursionar en industrias, tales como la construcción naval, la fabricación de autos, la electrónica de consumo masivo y los microchips, algo muy distinto de que lo que ha venido haciendo BNDES dando subsidios a una cadena de frigoríficos. En el caso coreano, el apoyo estatal fue reduciéndose, a diferencia de BNDES que sigue manteniendo posiciones accionarias a largo plazo, con un portafolio valorado en US$ 40 mil millones, de los cuales un 74% está invertido en grandes empresas, tales como Vale, Petrobras, Braskem y Embraer, las cuales podrían prescindir de este sustento, pues están capacitadas para acceder fácilmente al mercado financiero.
Lo ideal sería que BNDES, al ser precisamente un banco de desarrollo, se propusiera dar apoyo financiero a aquellas empresas con mayores restricciones para acceder al mercado de capitales. No obstante, esta institución pública parece tener otros intereses ocultos. De allí que es muy probable que el gobierno brasileño tenga, como estrategia política, seguir sustentando sus participaciones en las grandes empresas nacionales con el objeto de mantener su influencia sobre los grupos económicos del país.
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Este es el resumen del artículo "Lo público y privado en Brasil" publicado en Mayo 2013 en la revista América Economía.
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