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Para ayudar a los pobres del mundo, denles empleos verdaderos | 
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| Los resultados de muchas encuestas arrojan que el salario y el empleo se han convertido en las principales preocupaciones de los ciudadanos a nivel mundial. Esto se torna aún más alarmante cuando las economías ricas registran cifras de desempleo incluso más altas que las de sus homólogos en vías de desarrollo. Al analizar el panorama mundial, EUA destaca por encabezar la lista de países con la mayor tasa desempleo: un 7,6%, una cifra que supera incluso el índice (6%) estimado por la Organización Mundial del Trabajo.
Para muchos, hablar de desempleo es un lujo en las economías desarrolladas. No obstante, en países en vías de desarrollo, unas miles de millones de personas que invierten largas horas a trabajar las tierras, vender en las calles o hacer actividades informales sueñan con tener un trabajo digno y estable, con el que recibir un sueldo mensual fijo y disfrutar de derechos laborales. En los países en desarrollo, las granjas controladas por la población más empobrecida suelen ser pequeñas e ineficientes, pues el rendimiento de los cultivos es muy bajo, pese a la numerosa mano de obra que supone el trabajo agrícola. Por otro lado, las pequeñas empresas constituidas no son más que tiendas y kioscos que apenas hacen unas pocas ventas diarias.
En realidad, son muy pocos los ciudadanos en zonas rurales y urbanas menos favorecidas que han logrado salir de la pobreza tras encontrar un trabajo dentro de alguna compañía que forme parte del sector de la economía formal. Ante esta situación, es sumamente lógico pensar que la clave para el desarrollo económico mundial y la erradicación de la pobreza está en 1) ofrecer empleos formales, 2) aumentar la productividad agrícola, 3) fomentar el desarrollo industrial y 4) estimular la promoción de derechos laborales.
Para lograr esto, los gobiernos a nivel mundial deberían ubicar el fortalecimiento del empleo como una de sus prioridades en su agenda. A largo plazo, el desarrollo económico serviría para ayudar a millones de personas a dejar las granjas y conseguir puestos formales. Con iniciativas en microfinanzas, los menos favorecidos podrían potenciar las operaciones de sus campos, tiendas y kioscos; si bien esto produciría una mejora en su calidad de vida, lo cierto es que tampoco los catapultaría directamente hacia la clase media. La idea es darles las oportunidades para conseguir una vida mejor y más digna. Para lograr este cometido, sería vital incentivar el sector de manufactura, ofrecer servicios modernos y promover una crecimiento basado en las exportaciones.
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Este es el resumen del artículo "Para ayudar a los pobres del mundo, denles empleos verdaderos" publicado en Julio 2013 en la revista Business Week.
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