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La puntuación de crédito a través de los datos en las redes sociales |
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| Un número creciente de empresas de crédito en EEUU están usando datos personales sacados de redes sociales como Facebook, LinkedIn y Twitter para evaluar el riesgo crediticio del consumidor. Se basan en la idea de que la situación social de la persona - su reputación online, conexiones profesionales - son factores importantes a la hora de conceder crédito, especialmente para quienes tienen un historial de crédito irregular o escaso.
Esas empresas esperan explotar una deficiencia en los criterios tradicionales, según los cuales una persona que deja de hacer un pago o que no tienen historial de préstamo sería considerada automáticamente apuestas arriesgadas y penalizadas con tasas más altas, sin importar las circunstancias (ejemplo: una emergencia médica o haber llegado recientemente al país).
Neo Finance de Palo Alto, California, otorga préstamos a gente con historial de crédito reciente, que obtendrían altos intereses si se les evalúa mediante criterios tradicionales. Neo ofrece préstamos a tasas más bajas después de analizar información como el historial de empleo y la calidad de los contactos en LinkedIn, estimando el potencial de ganancias futuras y la estabilidad en el empleo. Lenddo, de Hong Kong, va más allá y usa los contactos sociales del deudor para presionarlo si deja de hacer un pago (ejemplo, Lenddo informará a sus amigos de Facebook si él deja de hacer un pago). Calcula su puntuación de crédito de 1 a 1.000 después de evaluar 100 bases de datos y redes sociales en busca de información como localización del candidato y el número de contacto que él tiene. Algunas empresas usan los datos obtenidos en las redes sociales para evaluar el riesgo de crédito de un prestatario en países en que las puntuaciones estandarizadas de crédito al consumidor tal vez no estén disponibles.
En esta era en que la información personal abunda en Internet ("Big Data"), será inevitable que los datos sociales de la persona sean tomados en cuenta a efectos de puntuación de crédito. Pero solo el tiempo (muchos años quizás) dirá exactamente cual información será útil y cual no. Lo mismo ocurrió con el sistema tradicional, conocido como FICO, desarrollado en los años 50 usando modelos matemáticos y estadísticos, y potenciado por la incipiente industria de la computación.
Hoy, con ordenadores más pequeños y poderosos, el almacenaje de datos barato y la computación en la nube, la información es accesible en cualquier lugar. Los datos digitales del consumidor nunca fueron tan numerosos: 2,8 gigabytes fueron creados, replicados o consumidos en 2012; el número debería duplicarse cada dos años hasta 2020, a medida que las personas compartan información en las redes sociales y en otras partes a través de millones de aparatos conectados.
El punto es descubrir qué datos sociales se volverán predictivos del comportamiento relacionado con el crédito con el paso del tiempo. ¿Colgar comentarios racistas en Facebook compromete la capacidad crediticia de la persona? Por otro lado, correlacionar el número de amigos de Facebook con la capacidad crediticia del individuo es arriesgado. Sólo porque tenga una cantidad de amigos no significa que ocupe una posición destacada en la comunidad; un criminal no es necesariamente una persona sin amigos.
Otros desafíos de usar los datos sociales para la evaluación de crédito incluyen:
- Leyes de protección al consumidor. Según la Ley, el crédito debe ser extendido a todos los candidatos con capacidad crediticia sin importar la raza, religión, sexo, estado civil, edad y otras características personales. La mayor parte de esas informaciones pueden ser sacadas de Facebook, aumentando la posibilidad de discriminación.
- Privacidad. Las agencias de crédito están fuertemente reguladas, y no querrían arriesgarse a tomar decisiones basadas en ese tipo de información. Ciertamente las empresas financieras monitorizan los medios sociales para asuntos de marketing, pero para evaluar el crédito les parece peligroso.
- Miedo al cambio. Existe el recelo natural de los acreedores de migrar a una nueva métrica cuando FICO siempre ha funcionado bien.
- Manipulación. Los datos sociales, a diferencia del historial real de pago, es fácil manipular. Se pueden comprar seguidores en Twitter, por ejemplo.
A pesar de las dificultades, la era del "Big Data" ha llegado y el mercado está adaptándose. Las empresas tradicionales están incorporando datos alternativos y experimentando con otros mecanismos. Aunque FICO no tiene planes de usar datos obtenidos en los medios sociales, se estima que en algún momento algunos de estos formen parte de la puntuación. Nadie sabe si incluir los datos sociales es buena o mala idea, pero pareciera ser ineludible.
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Este es el resumen del artículo "La puntuación de crédito a través de los datos en las redes sociales" publicado en Julio 23, 2013 en la revista Knowledge @ Wharton.
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