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La ubicación física sigue siendo un factor a tomar en cuenta al comprar por Internet |
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| Para el sector minorista, el cambio clave que se produjo en Internet es que las compras en línea les ahorraban a los consumidores los costes económicos (además de tiempo, penas y dinero en combustible) de tener que ir a visitar una tienda y localizar un producto. Esto se ha denominado como “la muerte de la distancia”. Incluso cuando los individuos que están aislados pueden comprar cualquier cosa del mercado global, la ubicación física no proporciona ninguna ventaja comercial, y se podría esperar que los comerciantes en línea le ganaran a las tiendas físicas cada batalla. Pero un ente emergente de investigación económica demuestra que no existe un “mundo en línea” independiente. El contexto físico importa para el comercio electrónico. Éste le da forma a nuestras opciones y gustos y determina de gran manera lo que compramos en línea. Con el surgimiento de la computación móvil, estos efectos locales importan aún más.
Ya que es tan fácil encontrar y comprar libros, dispositivos electrónicos y otra clase de cosas en línea, ¿por qué la gente sigue comprando en las tiendas físicas? La razón es que las compras electrónicas generan lo que los economistas denominan incapacidad: es difícil inspeccionar los productos digitales, el envío de productos puede ser lento o costoso y las devoluciones pueden ser retadoras. Las investigaciones demuestran que la gente considera estas desventajas contra los beneficios de comprar en línea. Un ejemplo de ello, fue lo que le sucedió a las ventas de libros de Amazon en unas 1.497 locaciones de EUA donde Walmart o Barnes & Noble tenían tiendas cerca. Se comprobó que los clientes que vivían cerca de las tiendas recién abiertas le compraron muchos menos best-sellers a Amazon.
Esto significa que para los productos comunes y las opciones de minoristas a nivel local –o el mundo fuera de línea– tuvo grandes efectos económicos sobre los negocios en línea. El ambiente físico le da forma al comportamiento en línea de otras poderosas maneras. A los vecinos les tienden a gustar la misma música, libros y automóviles. Las redes sociales además son locales. La mayoría de los correos electrónicos por persona que se reciben provienen de la misma ciudad, con frecuencia del mismo edificio. Así que aunque hablemos de Internet como un “lugar” donde los usuarios “visitan” sitios Web, la metáfora fracasa cuando consideramos el comportamiento real. Todo comportamiento en línea tiene un contexto fuera de línea.
La computación móvil fortalece los lazos entre la vida en línea y fuera de ella. Antes, la actividad en línea sucedía en un lugar específico, sentados frente a un escritorio. Ahora, los smartphones significan que los usuarios pueden recolectar información en línea, comparar precios o comprar algo dondequiera que ellos estén. Las tiendas físicas se preocupan de que los consumidores puedan estar buscando productos de sus pasillos, pero adquiriéndolos en línea. No obstante Internet móvil es menos “parecido a Internet” que navegando mediante una PC: los costes de búsqueda son más altos y la distancia importa más. Todavía no se sabe cómo afectará el crecimiento de Internet móvil al balance entre los minoristas en línea y fuera de ella. Pero parece que a las tiendas del mundo real les irá mejor si ellas pudieran aprovechar la información que hay disponible en línea, y que los minoristas en línea necesitarán entender el ambiente que envuelve a sus clientes fuera de línea para poder tener éxito.
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Este es el resumen del artículo "La ubicación física sigue siendo un factor a tomar en cuenta al comprar por Internet" publicado en Noviembre 2013 en la revista Mashable.
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