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Los tres hábitos de las personas altamente desmotivadoras



Revista: Strategy + Business
Tema: Desarrollo personal
Fecha: Noviembre 2013
Unos pocos momentos en su presencia son suficientes para sembrar la duda donde había habido claridad de propósito, deprimir la energía donde había en abundancia, recortar la confianza y alentar la frustración. Tienen un toque artístico en cuanto a descorazonar a la gente. Son los grandes desmotivadores. He aquí tres reglas comprobadas para chupar la energía y la vida de otras personas en el trabajo. Si usted busca socavar a sus empleados (o a la gente en su división o su unidad) estas tres prácticas la ayudarán a garantizar su éxito:

Primero, le dicen a la gente cómo hacer las cosas que ya están haciendo, especialmente si las están haciendo bien. Por un lado, se hace claro para los empleados que el jefe no tiene realmente ni idea del alcance o naturaleza de sus contribuciones. Esto hace que sientan que todos sus esfuerzos son en vano, el punto clave psicológico al que apuntan todos los desmotivadores dedicados. A la vez, sus maniobras hacen que el jefe tome el crédito de los logros de sus empleados. Como les ha dicho qué hacer, su futuro triunfo al hacerlo pudiera ser reclamado como resultado de su oportuna intervención.

Segundo, los grandes desmotivadores se aseguran de que cualquier humillación que ellos inflijan sea hecha en público, preferiblemente ante una audiencia cuya opinión le importe al empleado. Por ejemplo, el empleado lleva clientes a las reuniones y siempre va nervioso, pues está esperando que su jefe salga con algo que lo haga parecer un completo tonto.

Tercero, los grandes desmotivadores son conocedores de la sorpresa. Tiene un don para diseminar la confusión sobre lo que realmente está ocurriendo. Por ejemplo, un empleado invita a un cliente a reunirse para discutir una estrategia, y encuentra que ya el jefe ha hablado con él sin decírselo. Su justificación es algo al estilo de: “Estamos moviéndonos a gran velocidad, no hay tiempo para preocuparse sobre quién obtiene crédito o quien le habla a quien”. La compañía está creciendo rápidamente y esta explicación tiene sentido para los nuevos empleados cuyo entusiasmo aún no ha colapsado bajo el peso de los esfuerzos de su jefe para hacerlos sentir desesperanzados. Pero después de unos meses, empiezan a darse cuenta de que llevar un gran producto al mercado es una agonía si no se tiene apoyo.




Este es el resumen del artículo "Los tres hábitos de las personas altamente desmotivadoras" publicado en Noviembre 2013 en la revista Strategy + Business.

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