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5 maneras de arreglar un equipo disfuncional |
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| El trabajo en equipo sigue siendo uno de los temas más candentes en los negocios. A pesar de que las organizaciones gastan muchos millones de dólares e incontables horas cada año en talleres de capacitación y programas experienciales para lograr equipos que tomen mejores decisiones, sean más productivos, innovadores y comprometidos, pocos realmente funcionan. En lugar de la innovación saludable, hay peleas por las propias ideas, en lugar de camaradería, existe resentimiento. El más común de todos es la pasividad- agresividad profesional, donde los miembros del equipo callan cuando están juntos, pero disienten más tarde en privado. A pesar del tan repetido proceso de Formación, Conflicto, Normas y Funcionamiento, la mayoría de los equipos parecen atrapados en el conflicto. O peor, aburridos.
En su libro Inspirar a su equipo a crecer, llevarse bien, y terminar las cosas, Liane Davey, psicóloga organizacional, afirma que no sólo se puede arreglar un equipo tóxico, sino que cualquiera de sus miembros lo puede lograr, incluso sin el apoyo inicial del líder o de los compañeros. Explica que hay cinco tipos de equipos tóxicos: equipo adicto a la crisis (estancado por prioridades poco claras y falta de claridad de roles, va dando tumbos hasta que una crisis lo obliga a unirse en torno a un objetivo común; equipo cabezón (homogeneizado por valores y puntos de vista comunes, mantiene la armonía a costa de poca innovación); equipo espectador (fragmentado por los miembros que lo han abandonado, se hunde en la apatía; equipo sangrante (plagado de conflictos subterráneos e historias personales, mantiene la paz en público, y pelea en privado, y equipo batalla campal (marcado por ataques y explosiones emocionales, va y viene sin avanzar).
Afirma que en el mejoramiento de equipos, cada esfuerzo exitoso fue siempre iniciado por “un alma valiente que se miró en el espejo y no le gustó lo que vio". Esta sencilla idea es tal vez la más profunda: si cambia usted mismo, cambiará a su equipo. Es necesario asumir cinco responsabilidades todos los días: 1) Piense en positivo. Olvide sus prejuicios, deshaga su equipaje, y aprecie el valor que sus compañeros de equipo están aportando. 2) Aporte su valor total. Preséntese, desconecte el piloto automático y aporte sus experiencias, relaciones y personalidad en vez de solo hacer lo que está en su contenido de trabajo. 3) Amplifique otras voces. Preste su credibilidad y su tiempo para proyectar a los compañeros cuyas perspectivas minoritarias son generalmente excluidas de la discusión. 4) Sepa cuándo decir "No". Aprenda cuándo y cómo rechazar las cosas que diluyen su enfoque, alargan las soluciones y reducen la velocidad. 5) Abrace el conflicto productivo. Dele valor a los diferentes puntos de vista cuando haya desacuerdo acerca de un tema como una manera que promover la comprensión y reducir la actitud defensiva.
Vale la pena luchar por un equipo próspero y sano, no sólo por los beneficios empresariales que aportará, sino por las mejoras que hará a su propio estado de ánimo. Practicando las responsabilidades diarias, enseñará con el ejemplo a sus compañeros de equipo. Algunos verán la diferencia y rápidamente se le unirán, otros van a esperar para ver si las cosas mejoran. Con persistencia y paciencia, se puede convertir a un equipo tóxico en el mejor.
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Este es el resumen del artículo "5 maneras de arreglar un equipo disfuncional" publicado en Diciembre 2013 en la revista Forbes.
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