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Extender una crisis | 
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| Muchas empresas han aprovechado sus errores e incluso accidentes para producir cambios importantes en el comportamiento de sus empleados y su cultura corporativa y así alcanzar una alta productividad y, por ende, mayores ganancias. Este logro se ha alcanzado gracias a la reacción rápida y cuidadosa de las empresas ante cualquier incidente, lo cual ha permitido no sólo la implementación de cambios estructurales necesarios, sino también la inclusión y participación de los empleados en asuntos corporativos.
Los hábitos claves son aquéllos que tienen la capacidad de producir una reacción en cadena y modificar otros comportamientos y actitudes dentro de una corporación. Cuando se empiezan a hacer cambios en la forma de hacer una cosa, se desata ese mismo hábito a través de la compañía entera. Según los expertos, un evento aislado puede tener un impacto desproporcionado en el fomento de las culturas corporativas. No obstante, otros creen que son los eventos importantes los que influyen enormemente en las culturas de las organizaciones. Las alteraciones laborales hacen que los empleados se cuestionen su trabajo y los haga más dispuestos a asumir cambios.
Puesto que los incidentes mayores son los más influyentes y duraderos, se recomienda a los líderes que usen estos eventos como catalizadores para hacer cambios críticos en el comportamiento de los empleados y convertirlos en verdaderos hábitos. Al cambiar la cultura corporativa, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos sobre la capacidad desarrolladora de hábitos en el cerebro:
1. Los hábitos son difíciles de romper: Muchos creen que un hábito se cambia únicamente cuando se reemplaza por otro. Si se identifican los comportamientos claves que afectan una posición y desempeño estratégico y se transforman en hábitos, entonces se puede generar una fuerza cultural potente y duradera.
2. Los hábitos son activados rápidamente en el cerebro: La estimulación de un hábito ocurre en los ganglios basales del cerebro y requiere de muy poca capacidad de raciocino, a diferencia del cambio premeditado de un comportamiento que se produce en la corteza prefrontral del cerebro, en donde el proceso de asimilación lleva mucho más tiempo, según afirman los neurocientíficos.
3. Los hábitos claves influyen en otros comportamientos: La modificación de comportamientos se hará de manera mucho más rápida y contundente si éstos están vinculados con cambios en los hábitos claves. Tal y como ocurre, por ejemplo, cuando alguien elimina todo el azúcar de su dieta, esto impulsaría la eliminación de otros nutrientes ricos en carbohidratos y, como resultado, la pérdida de peso sería mayor.
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Este es el resumen del artículo "Extender una crisis" publicado en Febrero 2014 en la revista Strategy + Business.
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