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Demasiado distraído para trabajar: el lado oscuro de las oficinas abiertas |
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| Pregúnteles a los propietarios de pequeñas empresas acerca de trabajar en oficinas abiertas y escuchará reflexiones de ensueño sobre paredes cubiertas con plantas, mesas de pimpón, luz natural, y algo conocido como "work-jamming". Lo que no escuchará mucho acerca de las descripciones de estas áreas de trabajo del siglo XXI que dejan a cualquiera sin aliento son las constantes quejas de los empleados que no pueden concentrarse en su trabajo como consecuencia de todas las distracciones. O acerca de esas historias de trabajadores que se retiran a sus oficinas caseras para huir de toda la creatividad y diversión –y así poder realizar su trabajo.
Eso es exactamente lo que sucedió con Carolyn Smuts, quien se describe a sí misma como una "estricta y chapada a la antigua" directora de marketing para la empresa de software NEAD App Development. En 2010, la empresa se mudó a un almacén en Huntington Beach (estado de California) decorado con figuras de Darth Vader en tamaño real y equipado con una cancha de baloncesto y pizarras electrónicas de pared a pared. Además, ellos tenían como vecino a un fabricante de tablas de surf.
"Trabajé ahí sólidamente por dos semanas y realicé la mitad de lo que pude haber logrado trabajando desde casa", dijo Smuts. "Incluso tratando de responder mis correos electrónicos ahí, alguien me pudo haber pegado un dardo de una pistola Nerf en la parte posterior de la cabeza". Entonces comenzó a trabajar más desde casa, donde ella no tenía que compartir un escritorio "con las figuras de acción de los Stormtroopers de la Guerra de las Galaxias", dijo. Smuts, de 40 años, se pregunta si su reacción refleja una brecha generacional: los empleados más jóvenes parecen amar este tipo moderno de oficina.
Al Fundador y CEO T. J. Sokoll le encantó el precio. En lugar de alquilar una reducida oficina de US$ 2.50 por pie cuadrado, él obtuvo 4.000 pies cuadrados de espacio industrial por 69 centavos de dólar el metro cuadrado. Los techos abovedados y las reuniones en la azotea fueron del agrado de los clientes, inversionistas y pasantes. "Era como si fuéramos Google," dijo Sokoll.
Aunque la diversión no duró mucho. La empresa había crecido demasiado rápido y todos se devolvieron a una pequeña oficina hace un año después de reducir un personal de 20 empleados a sólo ocho. A veces los empleados trabajan desde sus casas y la empresa alquila salas de conferencias para reuniones o usa Google Hangouts para poder comunicarse. Si bien él extraña las "carreras de sillas de oficina", Sokoll admitió que tras la mudanza "nuestro nivel de productividad se fue al cielo".
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Este es el resumen del artículo "Demasiado distraído para trabajar: el lado oscuro de las oficinas abiertas" publicado en Marzo 2014 en la revista Business Week.
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