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El zapato en el otro pie |
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| Los cambios en las relaciones pueden ser difíciles. El vínculo económico entre América Latina y España, su mayor expotencia colonial, está cambiando ya que las economías de la región maduran. A pesar de algunas plumas erizadas, la evolución es positiva. Después de dos décadas en las que España acumuló activos por valor de € 145 mil millones (US$ 200,000,000,000) en América Latina, el año pasado fue el primero en el que las empresas latinoamericanas gastaron más en adquirir a sus homólogos españoles que al revés, siendo los mayores inversores las firmas mexicanas. Afinidades lingüísticas y culturales atraen a inversionistas latinoamericanos. Expertos ven paralelismos con el propio camino a la modernización de España. Las grandes empresas españolas, que entre 1993 y 2000 hicieron casi la mitad de su inversión extranjera en Latinoamérica, utilizan ahora su escala y experiencia para hacer grandes inversiones en toda Europa. Del mismo modo, las de América Latina han estado invirtiendo regionalmente durante años, y ahora están buscando ampliar sus horizontes a través de España.
Las cantidades que fluyen desde América Latina a España todavía son pequeñas; la mayor parte de la inversión en ambas regiones es por las grandes empresas. Pero, en un nuevo punto de partida, los bancos de desarrollo de América Latina han comenzado a extender el crédito a las empresas españolas. En 2013 Bancomext, de México, tenía préstamos pendientes de más de 3 mil millones de pesos (US$ 225 millones) con las empresas españolas que invirtieron en México, y 4.5 mil millones de pesos con las empresas mexicanas que operan en España. Para ambos lados, viajar a través del Atlántico es una buena estrategia de diversificación, que los españoles han estado haciendo desde la conquista.
Claro que debido al bagaje histórico de la relación, a veces las sensibilidades pueden salir a la luz, como pasó cuando el consorcio (liderado por Sacyr de España, con socios italianos, belgas y panameños), que se encarga de la ampliación del Canal de Panamá, amenazó con abandonar el proyecto de US$ 5250 millones a menos que la Autoridad del Canal (ACP) pague grandes sobrecostos. El jefe de la ACP, Jorge Quijano, dijo en una entrevista con El País, que “ellos todavía piensan que usamos tocados de plumas". El conflicto ha suscitado dudas sobre la capacidad de algunos de las empresas españolas para manejar grandes contratos. Las empresas españolas han sido golpeadas, también, como cuando en 2012 el gobierno argentino expropió la participación del 51% de Repsol, en YPF, otra firma petrolera.
A pesar de los contratiempos, América Latina ha actuado como un amortiguador durante la crisis de España. Brasil representa casi una cuarta parte de las ganancias globales de Santander, y México dos quintas partes de las ganancias de BBVA. Las nuevas fuentes de crédito como Bancomext son bienvenidas en un país con los bancos tan debilitados como los de España. La inversión latinoamericana en España debe ser vista como una mano de ayuda. América Latina también ofrece puestos de trabajo para jóvenes españoles. El número de españoles rumbo a América Latina va en aumento; mientras el flujo hacia el otro lado está cayendo. De los emigrados de Europa, los de España son el grupo más grande. La economía de España está empezando a recuperarse, pero la relación va a seguir cambiando.
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Este es el resumen del artículo "El zapato en el otro pie" publicado en Enero 25, 2014 en la revista The Economist.
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