Google
Por Tema

Por Revista

Marzo 2016
Febrero 2016
Enero 2016
Diciembre 2015 libre
Noviembre 2015 libre
Octubre 2015 libre
Septiembre 2015 libre
Agosto 2015, Q2 libre
Julio Agosto 2015 Q1 libre
Julio 2015, Q1 libre
Junio 2015, Q2 libre
Mayo Junio 2015 libre
Mayo 2015, Q1 libre
Abril 2015, Q2 libre
Abril 2015, Q1 libre

Pruébenos gratis
Suscríbase
¿Cómo funciona?
Preguntas frecuentes
Sobre nosotros
Atención al Cliente



El neofútbol



El argentino Ángel Cappa observa concentrado el desarrollo del partido que disputan Bélgica y Argelia. Es el sexto día del Mundial de Brasil 2014 y, como ex jugador y entrenador, es requerido por un periodista peruano que lo reconoce como una fuente entendida, luego de haber dirigido durante unos años a equipos peruanos. Ni el periodista ni Cappa reparan, o les interesa, que el televisor en el que analizan el desempeño de Bélgica –el equipo en el que están colocadas las apuestas de “gran sorpresa” en este Mundial– es de apenas 42 pulgadas. Veinte metros más atrás, en la misma inmensa sala que abre el International Broadcasting Center (IBC) de la FIFA, hay otro televisor de más del doble de ese tamaño, solitario, frente a un único telespectador. Se trata de un televisor en Ultra HD de 8K que corre por cuenta de la Japan Broadcasting Corporation (NHK).

La forma más simple de definir la experiencia de ver 8K es compararla con la hiperrealidad. Es acceder a una resolución de 7.680 × 4.320 pixeles, cuatro veces superior al 4K que para América Latina resulta aún lejano para su uso comercial. Es acceder a un paisaje nítido, la visión impoluta, la realidad aumentada por encima de las capacidades normales de nuestra percepción.

Es lo que cree Alicja Fualkowska, Information Officer de la Host Broadcast Services (HBS), compañía con sede en Suiza que se ha convertido en mano derecha de FIFA para sacar adelante la producción de la Copa del Mundo. Cuenta Fualkowska que la HBS debutó en Francia, en 2002. Con familia en Argentina y un pregrado en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Varsovia, Fualkowska entrega con impresionante habilidad diversos datos que grafican el tamaño inaprensible del modelo de televisión masiva centralizada en el IBC. Se trata de un molde ya probado en Brasil durante la Copa Confederaciones de 2013, y a ser replicado en los Juegos Olímpicos de 2016.

Para asirlo, hay que pensar en los desafíos técnicos y humanos que hay detrás de los 480 kilómetros de tallarines plateados que conectan desde los focos del baño de hombres del IBC, hasta el servidor FIFA Max, donde se procesarán 70.000 horas de video, más del doble de lo realizado en Sudáfrica 2010. Las imágenes son procesadas en clips en el Production Center y luego estandarizadas y mejoradas en el Quality Control Room. El sistema incluye también los 6.000 metros cuadrados de la granja donde 50 antenas satelitales reciben las señales desde los 10 estadios-sede, las procesan y las dejan a disposición de 161 concesionarios de televisión y 340 de audio en el mundo. Y lo completan 570 unidades de aire acondicionado, 145 paneles eléctricos y 9.278 cables de detección de incendio.

Por su parte, DirecTV tenía todo para hacer una transmisión sin precedentes del Mundial. Pero había temores y uno de ellos era streaming, tecnología creada para optimizar la descarga y reproducción de archivos de video y de audio a través de internet. Para DirecTV la estabilidad del servicio de streaming era clave. Las fichas estaban puestas en una aplicación capaz de reproducir sensación de ubicuidad y de 360 grados propia de los juegos computacionales, incluyendo el placer de apretar botones y funciones y activar cámaras que penetran de modo insólito en el desarrollo del juego. El resultado pudo verse en su máxima expresión en tablets y smartphones, a través de los cuales la experiencia de ver un partido cambia por completo. ¿Fue penal? ¿Estaba off-side el delantero? En el partido entre Argentina y Bosnia, los suscriptores de DirecTV en Brasil tuvieron la opción de ver el gol de Lionel Messi casi en paralelo al juego, y a través de 17 cámaras.

Ya nos vamos acostumbrando a ver cenar a amantes atomizados, cada uno más concentrado en su timeline de Twitter que en otra cosa. Del mismo modo, la televisión 4K y 8K, el auge de las redes sociales y el desarrollo de aplicaciones complementarias podrían conformar un cóctel que mute lo esencial de la experiencia de asistir al campo deportivo. El periodista español Matías Sánchez –compañero del conductor argentino Pablo Giralt en el programa televisivo Mundial Total– está curado de espanto, ya que le ha tocado recibir cerca de 10.000 menciones por partido.

En efecto, la NHK está transmitiendo ya televisión en 8K, y es mejor que la propia realidad, al menos para aquella franja demográfica en la que no están las personas como Sánchez y sus colegas. “Para mí nada va a mejorar nunca la realidad, porque la realidad desprende sentimientos que los tienes para siempre”, insiste el periodista. “El olor a la cancha, el estar en comunión con otras 40.000 personas. Eso jamás te lo dará una aplicación, una televisión. Yo siempre digo que la mejor sensación del mundo es abrazarte a un desconocido y gritar cuando tu equipo mete el gol. Dos personas que comparten”. Cosas del fútbol.




Este es el resumen del artículo "El neofútbol" publicado en en la revista América Economía.

Vea otros artículos publicados en América Economía u otros artículos sobre Industria de entretenimiento y deportes.

deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.



 

Copyright 2003-2024 por Meltom Technologies Inc