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Chile: un faro de prosperidad en una región turbulenta | 
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| Los países latinoamericanos están enfrentando tiempos turbulentos; el único que parece salir a flote es Chile. Todavía su economía está saludable, el desempleo está bajando y se ha fortalecido su moneda. En menos de diez años la pobreza se ha reducido a la mitad. Las instituciones económicas y políticas también se han afianzado y el país de quince millones de personas ha mantenido el curso que eligió hace veinte años, marcado por el desarrollo industrial y políticas regulatorias.
Fritz Du Bois, economista del Instituto Peruano de Economía in Lima dice que Chile es el único país que ha mantenido políticas consistentes en las últimas dos décadas. Entre 1983 y 1999, el crecimiento promedió 6% por año. Ningún otro país ha logrado eso. Según algunos expertos, se debe a que ha controlado los flujos de capital para ayudar a construir las reservas del país. Además la estrategia se ha completado con agresivas regulaciones bancarias. Las instituciones han sido educadas. A pesar de sus detractores, Pinochet y los suyos pueden señalarse como los constructores de estos pilares.
Bajo la dictadura se llevó a cabo una profunda cirugía de la economía. Para 1975, se llevaba a cabo la privatización de los activos del Estado y se trabajaba en reformas fiscales claves. Las pensiones por ejemplo, estaban limitadas a las inversiones locales. Ello forzó los ahorros domésticos y enrumbó estos ahorros a la inversión. Chile fue la primera nación en introducir el impuesto del valor agregado. En los ochenta, la nación logró controlar la deuda pública a diferencia de sus vecinos. En comparación con Argentina, Chile hizo los ajustes necesarios para eliminar la deuda mientras Argentina todavía trabaja en ello y permanece tolerante ante la corrupción.
Con mano de hierro, Pinochet no tuvo que enfrentar a congresantes que disputaran su autoridad o sus propuestas, como le ocurre por ejemplo a Fox en México con sus reformas fiscales. Algunos creen que el país logró el salto gracias a la dictadura militar, realizando cambios imposibles de lograr en democracia.
En cuanto a los mercados foráneos, Chile ganó terreno con una estrategia de mercadeo organizada y representada por ProChile, agencia encargada de la promoción de los productos del país. Sus productos agrícolas han ganado terreno gracias al mantenimiento de sus restricciones sanitarias. Otros apuntan también a las habilidades gerenciales del país y a su alto respeto por las instituciones. Mientras algunos tratan de bloquear los acuerdos internacionales de comercio, Chile firma uno tras otro, práctica que han tratado de emular otros países de la región. Para algunos críticos, los chilenos podrían convertirse en los nuevos arrogantes del continente tras su liderazgo, pero es innegable que los triunfos de este país contrastan en una región plagada de problemas.
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Este es el resumen del artículo "Chile: un faro de prosperidad en una región turbulenta" publicado en Noviembre 5, 2003 en la revista Knowledge @ Wharton.
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