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No tenemos que eliminar el capitalismo para acabar con el cambio climático | 
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| El riesgo del cambio climático es real, inmediato y muy grave. Nuestro mundo y nuestra economía necesitan afrontar los riesgos de cambio climático incontrolado –y cuanto antes mejor.
Sin embargo, la publicación del nuevo libro de Naomi Klein "Esto lo Cambia Todo" a comienzos de septiembre y la afirmación de muchos de los manifestantes en una marcha climática también durante ese mismo mes de que "el capitalismo es el enemigo" plantea otro riesgo: que en nuestra lucha por hacer frente al cambio climático provoquemos al enemigo equivocado. Nosotros estamos completamente de acuerdo con la Sra. Klein de que como sociedad debemos hacer algo acerca del cambio climático, y hacerlo además a gran escala. Pero el primer paso no es desmantelar el capitalismo.
De hecho, sabemos cómo abordar el problema del cambio climático y esto no requiere que nos deshagamos de la economía de mercado. Esto se basa en su aprovechamiento en cambio. Tenemos que dejar de actuar como si deshacerse de los gases que atrapan el calor en la atmósfera no costara nada y establecer un precio para el carbono y otras emisiones de gases de efecto invernadero. Tenemos que dejar de subsidiar los combustibles fósiles; el mundo está gastando actualmente cerca de los US$ 500 mil millones para subsidiar petróleo, gas y carbón. (Que no es mucho menos que algunas estimaciones actuales de lo que costaría construir una economía libre de carbono). Y necesitamos subsidiar la investigación de nuevas tecnologías energéticas, de manera que los empresarios las puedan introducir al mercado algún día. Actualmente estamos gastando menos de US$ 2 mil millones al año en investigaciones de energía limpia, lo que representa menos del 5% de lo que nos estamos gastando en investigaciones relacionadas con la salud y menos del 2% de lo que estamos gastando en trabajos orientados a la defensa.
Tanto los marchistas como la Sra. Klein tienen razón, por supuesto –en que a pesar de que sabemos que hacer, no lo estamos haciendo. Ella piensa que es porque somos víctimas de los malvados capitalistas. Es cierto que la acción política sobre el cambio climático se beneficiaría de las reformas dirigidas a limitar la influencia de las industrias involucradas. Tenemos que dejar en claro que nuestro compromiso es el de un capitalismo en el que las empresas –o individuos ricos– no puedan utilizar su dinero para poner las reglas del juego a su favor.
Nuestra incapacidad para hacer frente al cambio climático es, en definitiva, un fracaso de la democracia. Tenemos que construir un movimiento social que pueda insistir en que nuestros dirigentes pongan en práctica las políticas que nos permitan hacer frente a la amenaza del cambio climático. Y si bien podemos luchar con prioridades a largo plazo, también somos una especie que hará casi cualquier cosa para asegurar el bienestar de nuestros hijos.
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Este es el resumen del artículo "No tenemos que eliminar el capitalismo para acabar con el cambio climático" publicado en en la revista Harvard Business Review.
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