Google
Por Tema

Por Revista

Marzo 2016
Febrero 2016
Enero 2016
Diciembre 2015 libre
Noviembre 2015 libre
Octubre 2015 libre
Septiembre 2015 libre
Agosto 2015, Q2 libre
Julio Agosto 2015 Q1 libre
Julio 2015, Q1 libre
Junio 2015, Q2 libre
Mayo Junio 2015 libre
Mayo 2015, Q1 libre
Abril 2015, Q2 libre
Abril 2015, Q1 libre

Pruébenos gratis
Suscríbase
¿Cómo funciona?
Preguntas frecuentes
Sobre nosotros
Atención al Cliente



Bolívar paga con gotario



En un parto doloroso se ha convertido hacer negocios en Venezuela para las grandes empresas brasileñas. En especial para las constructoras, cuyo portafolio de obras estimado llega a US$ 20.000 millones. Todo comenzó en 2005, cuando Lula Da Silva y Hugo Chávez bendijeron la construcción, por parte de la compañía Andrade Gutiérrez, de la “Empresa Básica Socialista Siderúrgica José Inácio de Abreu e Lima”. Como todo romance, comenzó bien. Las empresas contratistas fueron las más beneficiadas por esta nueva proximidad bilateral. Muchos emprendimientos fueron al área social, construcción de hogares, desarrollo agrícola, saneamiento básico y energía. Una década después, sin embargo, el deterioro de la situación económica del país y la agudización del desorden administrativo bajo la presidencia de Nicolás Maduro hacen crujir el idilio. Gigantes de la construcción como Odebrecht, Camargo Corrêa, Andrade Gutiérrez y Queiroz Galvão sufren buscando cumplir con sus contratos, y también garantizarse los pagos por los servicios prestados.

La más comprometida es Odebrecht. Se estima que el 70% del endeudamiento del gobierno venezolano con las constructoras brasileñas corresponde a servicios prestados por esta empresa, con al menos nueve obras actualmente en ejecución. Una de las obras detenidas es el Proyecto Agrario Integral Socialista José Ignácio de Abreu e Lima, en Monagas. Parte de los terrenos se encuentra abandonada, al igual que las máquinas y las semillas. El proyecto fue cerrado en 2009, con una inversión de cerca de US $640 millones por parte la contratista y la previsión de una cosecha de 13.000 hectáreas de soja. Hoy funciona a un 18% de su capacidad. El año pasado, las obras avanzaron en un 23%, pero el rendimiento es uno de los peores del mundo: 0,15 tonelada por hectárea. El sistema de silos para el almacenamiento de grano llegó a guardar 2.498 toneladas, apenas el 2% de lo previsto. Es un fracaso emblemático.

Otra obra de Odebrecht atrasada es un puente sobre los 11 kilómetros de extensión del río Orinoco, cuya entrega debería ser en 2016, y que está semiparalizada por falta de recursos de Odebrecht y por fallas en el abastecimiento de concreto. La falta de recursos también afecta a otro proyecto de la empresa en Maracaibo: la Empresa Socialista de Irrigación de la Planicie de Maracaibo (Esrpm). Aun así, Odebrecht insiste en nuevos negocios en Venezuela. Gracias a un fondo chino, habría recibido un adelanto de US$ 200 millones para construir un puente en Maracaibo. Su portafolio de obras en Venezuela incluye también la construcción de líneas del metro de Caracas y Los Teques. En esta última, de los US$1.240 millones aprobados para la obra, sólo el 23% fueron transferidos y la obra habría avanzado apenas un 18%. Pero la empresa sigue apostando por Venezuela. En abril, ratificó un acuerdo de 2013 con la Petroquímica Venezolana (Pequiven) para establecer una fábrica de amoníaco y urea con una inversión de US$ 1.400 millones para abastecer los mercados del Mercosur. Odebrecht no quiso comentar sus problemas en Venezuela. En un escueto comunicado, afirmó que sus obras están en curso y el cronograma sigue el ritmo acordado con los clientes.

Odebrecht no está sola. Andrade Gutierrez construye un astillero y dos barcos para PDVSA y una supuesta “Ciudad del Acero” en el estado Bolívar, que ni siquiera comienza a construirse, pues la estatal Sidor, por sucesivas huelgas de sus trabajadores, no ha cumplido su parte incrementando la inversión en acero. Camargo Corrêa realiza obras fluviales y construye una represa para suministrar agua a Caracas, con una inversión que ronda los US$ 600 millones y más de 1.600 trabajadores contratados. El proyecto debía estar operativo en 2012, pero apenas el 30% se encuentra en pie. En el estado Lara, Queiroz Galvão es la empresa encargada de completar el Proyecto Agrario Socialista del Valle de Quíbor, con cerca de 30 años de atraso por gobiernos sucesivos, que incluye el desvío de un río, a un costo de US$ 1.200 millones. Sería el mayor emprendimiento de la empresa fuera de Brasil. Se espera que esté listo en seis años más, pero ninguna empresa quiso comentar la situación de sus operaciones venezolanas. ¿Cómo terminará todo? En el mejor de los casos, con renegociaciones de plazos. Y en el peor, con un gran dolor en los balances.




Este es el resumen del artículo "Bolívar paga con gotario" publicado en en la revista América Economía.

Vea otros artículos publicados en América Economía u otros artículos sobre Negocios en Venezuela.

deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.



 

Copyright 2003-2024 por Meltom Technologies Inc