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Cómo trabajar desde la casa y no convertirse en un vegetal | 
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| Trabajar desde casa puede ser fácil o difícil, todo depende de nuestra creencia. Podrías conseguir la oportunidad de un trabajo desde casa sin siquiera pedirlo; o solicitarlo pensando que te traerá mucha libertad. Pero con la libertad viene el miedo a la inacción, el aburrimiento y el aislamiento. Nuestros pensamientos determinan cómo medimos el éxito en nuestra vida. Algunos miden el éxito por el dinero y el caos que viene aparejado a él, mientras que otros aprecian más vivir una vida simple, pero con mucha pasión. Para encontrar la pasión de trabajar desde casa y no convertirse en un vegetal en el proceso, hay que descubrir el verdadero significado del trabajo en la vida del hogar, encontrar un sentido a "lo que hacemos para vivir”.
Vivimos un ciclo en que nos inspiramos, luego nos frustramos y así sucesivamente, pero el significado real se encuentra justo en el medio entre ambas sensaciones. A menudo estamos demasiado enfocados en el estado de nuestra mente. La mejor manera de hacer frente a la dura prueba de la falta de sentido es "vivir el momento y centrarnos en nuestro trabajo". Encontraremos la felicidad cuando nos convirtamos en parte del flujo de trabajo. El problema comienza cuando nos volvemos demasiado analíticos sobre nuestra vida, eso puede llegar a paralizarnos, porque como humanos somos "seres de acción”. Seguro le ha pasado alguna vez que en un momento usted está en la felicidad más divina, y al momento se empieza a sentir miserable. Nuestros estados de ánimo cambian, pero no necesariamente somos testigos cómo sucede.
Estar en silencio en medio de un grupo de personas habladoras nos puede hacer sentir incómodos, especialmente si no nos gusta hablar demasiado. A veces nos comenzamos a sentir como una roca después de estar un tiempos sentados en inactividad, porque poco a poco empezamos a vivir un estado de ánimo en particular. Si alguien nos grita o habla con rudeza, le respondemos con un tono igualmente rudo, o también a gritos, porque al instante nos contagiamos de su estado anímico. En cada momento representamos un estado mental particular, y eso nos hace pensar erróneamente que somos ese estado mental. Estamos en un apuro al sacar conclusiones sobre nuestra vida sobre la base a las cosas que nos suceden o no nos suceden. Tendemos a reaccionar mucho a los eventos, objetos y personas, y esta tendencia nos lleva a pensar en los extremos:“¡Oh! ¡Todo el mundo es malo”, o: “Yo debería dejar de preocuparme”.
Así, el trabajo del hogar puede ser difícil si no somos capaces de detener el rastro de los pensamientos negativos e innecesarios. Pero puede ser una experiencia gratificante y productiva, si nos centramos en nuestro trabajo dando nuestro mejor esfuerzo. Nuestra mente en su estado ordinario nunca deja de pensar, los pensamientos son parte de nuestra conciencia. Pero podemos calmar nuestra mente con la práctica. Ejercicios de respiración profunda nos pueden ayudar a aquietarla, a construir paciencia y llegar a ser más productivos. No hay nada que nos pueda impedir tener un productivo trabajo en el hogar. Podemos temer a la soledad o al aislamiento, pero este miedo no nos molestará si somos constantes con nuestras actividades diarias. La vida no se trata sólo de la supervivencia; se trata de vivir cada respiración con creciente pasión. Debemos aspirar a evolucionar y conseguir cada vez más y más productividad. Nuestra capacidad para actuar es lo que nos hace seguir adelante. Y la vida se trata de “seguir adelante”. ¡Un paso a la vez!
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Este es el resumen del artículo "Cómo trabajar desde la casa y no convertirse en un vegetal" publicado en en la revista DumbLittleMan.
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