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Lidiar con un jefe infantil | 
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| Todos los conocemos –ellos son jefes que actúan como niños pequeños cuando reciben una mala noticia, se enfrentan a una crisis o perciben un desaire burocrático. Algunos de ellos gritan. Otros son llorones. Y otros tan solo entran "al bunker" y no hablan con nadie. ¿Cómo puede usted lidiar con un jefe infantil?
Donna Volpitta, fundadora del Centro de Liderazgo Flexible, utiliza un modelo llamado "la mentalidad flexible" para poder averiguar sobre este asunto en particular. El mismo se basa en el concepto de la hormiga y la cigarra, personajes de una de las fábulas de Esopo que fueron transformados por David DeSteno de la Universidad Northeastern y Piercarlo Valdesolo de la Universidad Claremont McKenna en su libro Fuera de lo Común: Sorprendentes Verdades acerca del Mentiroso, Tramposo, Pecador (y Santo) al Acecho dentro de Todos Nosotros. DeSteno y Valdesolo escriben que las personas tienden a utilizar una de las dos formas opuestas de pensamiento a la hora de decidir cómo responder a los desafíos: una se centra en un éxito a largo plazo (la hormiga) y el otro en la supervivencia a corto plazo (la cigarra). (En la fábula, la hormiga pasa todo el verano preparándose para el próximo invierno almacenando alimentos y preparando refugio, mientras que la cigarra pasa los meses cálidos cantando y jugando. Advertencia: la cigarra muere).
"La hormiga y la cigarra representan diferentes partes del cerebro", explica Volpitta. "La hormiga vive en la corteza prefrontal, que se encuentra en la parte frontal del cerebro y se encarga del pensamiento de alto nivel y funciones ejecutivas. La cigarra vive en el cerebro reptiliano, que está ubicado en el centro del cerebro y es responsable de nuestro instinto de supervivencia a la hora de "bloquearnos, escapar y luchar". Existe una estación de conmutación entre la hormiga y la cigarra dentro del sistema límbico, que es el hogar de nuestras emociones. Es aquí donde se hacen las elecciones para poner a cargo a la hormiga o la cigarra de cualquier decisión".
Por ejemplo, dice Volpitta: "Cuando su jefe está teniendo una rabieta, se está transformando en una "cigarra". La cigarra es como un niño –él desea lo que desea y lo desea ahora. Debido a que la cigarra se encuentra a cargo de la supervivencia a corto plazo, sus principales respuestas serán tan básicas como bloquearse, escapar y luchar. Por esa razón usted ve a su jefe huyendo, quejándose y gritando".
Pero, ¿cómo evitar que la cigarra salga en primer lugar? "Si va a controlar la cigarra, usted tiene que comprender los factores desencadenantes: una amenaza principal o recompensa principal", dice Volpitta. "Cuando experimentamos amenazas o recompensas principales, nuestra amígdala cambia el control del cerebro desde la hormiga hacia la cigarra porque tenemos la necesidad de habilidades tipo "cigarra". Si un automóvil se dirige a toda velocidad hacia usted, la amígdala le da el control a la rápida y fuerte cigarra. Si nos sentimos amenazados, queremos que actúe la parte de nuestro cerebro que se ocupa de la supervivencia a corto plazo, no de la profunda contemplación. Tiene sentido, ¿verdad?"
Lamentablemente, manejar esta conducta de su jefe no es realmente tan sencillo como ofrecer un sándwich. Sin embargo, es importante reconocer las amenazas y recompensas que liberan a la cigarra dentro de la oficina.
Volpitta señala que simplemente tener un lenguaje que haga posible expresar lo que está sucediendo –y relacionarlo con la función cerebral natural en lugar de una falla en el carácter– hace posible comprender y lidiar con el mal comportamiento de una manera constructiva. "Ese es el primer paso hacia una solución, ya sea con un niño pequeño, un jefe, su cónyuge e incluso usted mismo", dijo.
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Este es el resumen del artículo "Lidiar con un jefe infantil" publicado en en la revista Strategy + Business.
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