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Un poco de preocupación es buena para el negocio



Revista: Fortune
Tema: Habilidades gerenciales
Fecha: Noviembre 24, 2003
Autor(es): David Stipp
Por dos décadas Julie Norem ha trabajado en función del pesimismo. Su libro, “El poder positivo del pensamiento negativo” ha vendido sólo diez mil copias, menos del 0,2% del total de ventas que alcanzó su opuesto, el título “El poder del pensamiento positivo” de Norman Vincent Peale. Mientras el estudio de la felicidad está tomando auge entre los psicólogos norteamericanos, ella se enfoca en la gente que siente que la Ley de Murphy es la fuerza que domina al mundo.

Para Norem, los propulsores de la felicidad se han olvidado de un detalle: para mucha gente es una mala estrategia poner cara de felicidad. Norem llama a quienes hacen esto pesimistas defensivos. Temperamentalmente dados a la angustia, comienzan un proyecto asumiendo que las cosas irán mal, así trabajan sobreponiéndose a su ansiedad y frecuentemente se apartan del terreno del éxito por dedicarse a prevenir la mala suerte. Los estudios de Norem demuestran que cuando este tipo de personas son encerradas en este estado de “no se preocupe, sea feliz”, su desempeño desciende.

En contraste, a su criterio, los "optimistas estratégicos" consideran como rara la preocupación excesiva de los pesimistas sobre el desenvolvimiento de los acontecimientos. Norem enfatiza en que los pesimistas defensivos no son necesariamente personas imbuidas en la oscuridad. Su mecanismo es solo una estrategia, no un rasgo indeleble de personalidad y puede cambiarse a optimismo en situaciones que no activan la ansiedad. No obstante admite que estas personas están generalmente de peor humor que los optimistas.

Norem argumenta que los pesimistas defensivos son subestimados socialmente, nunca se les ve en posiciones de liderazgo sino ocupando cargos que implican mayor responsabilidad y menos poder. En cuanto al sexo, pareciera que más mujeres que hombres pertenecen a esta tendencia. La psicóloga nombra entre algunos famosos pesimistas a Woody Allen quien ha hecho de la angustia un arte. Mientras que en cuanto a política, Estados Unidos siempre ha sido un país normado por optimistas. La autora indica que los optimistas tienden a vivir en un mundo de ilusiones, generalmente atribuyen sus éxitos a la habilidad y sus fracasos a la mala suerte y suelen sobreestimar su habilidad de controlar las cosas.

Los pesimistas, por su parte son propensos a deformar la realidad de manera negativa, particularmente si se trata de evaluarse. Pero Norem nota que tales detalles generalmente tienen pequeñas consecuencias comparadas con las percepciones optimistas cuyas distorsiones atractivas pueden tener repercusiones globales. "Yo no abogaría por que los pesimistas defensivos controlen todo" dice ella, "pero sí apoyaría que cada proceso de decisión con consecuencias importantes incluyera a un pesimista defensivo".




Este es el resumen del artículo "Un poco de preocupación es buena para el negocio" publicado en Noviembre 24, 2003 en la revista Fortune.

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