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Más allá de hablar |
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| Human Genome Sciences había prometido que su tecnología caza genes generaría una impresionante cadena de descubrimientos de nuevas medicinas. Ahora es tiempo de que cumpla. El director y fundador de esta empresa es William A. Haseltine, quien hace una década sacudió a la industria farmacéutica con un exótico nuevo método de caza automatizada de genes llamado “genómica” y pronosticó una cascada de nuevos medicamentos. Ello causó gran interés de los inversionistas y HGS pudo recabar US$ 34 millones en una oferta pública en 1993. En el 2000 Haseltine vendió US$ 525 millones en bonos convertibles y logró US$ 900 millones en una oferta secundaria a US$ 75 la acción ese noviembre.
Hoy en día las perspectivas han bajado a causa del escepticismo sobre los logros reales del genomics. GlaxoSmithKline, que se asoció con HGS sólo ha sacado dos productos que se encuentran en la fase de prueba.
Otras siete medicinas de HGS están todabía en experimentación, a varios años del mercado. La empresa, que ha perdido US$ 700 millones desde el 2000, abandonó su droga mirostipen, para tratar efectos secundarios de la quimioterapia el año pasado. En septiembre anunció que repifermin, para curar heridas había fallado en las pruebas para curar úlceras venosas en un experimento con 352 pacientes. Es por ello que algunos observadores han desechado todas las promesas de HGS mientras que el elocuente Haseltine asegura que sí vendrá la anunciada transformación en la medicina. Su mejor apuesta es LymphoStat-B, una droga que apunta al tratamiento del Lupus, devastadora enfermedad del sistema inmunológico. El destino de HGS y de otros pioneros en genómica tiene implicaciones para toda la industria de los medicamentos. El éxito dará a otros la guía mientras que el fracaso podría dar por sentado que la promesa de la ola de drogas era solo un producto del entusiasmo del boom de esos años noventa cuando HGS irrumpió en escena.
Con el LymphoStat-B, HGS ha entrado en el complicado mundo de las pruebas clínicas donde cuatro de cada cinco drogas fallan y la suerte puede separar a ganadores de perdedores. Otro factor que se suma a la incertidumbre es que el Lupus es una enfermedad difícil, con síntomas altamente impredecibles que hacen difíciles las pruebas. La FDA está decidiendo qué tipo de pruebas se requieren. Mientras HGS está probando si BLYS (una proteína estimuladora de los linfocitos B) podría ser clave en la ayuda a pacientes con deficiencia en los sistemas inmunológicos. También espera poder usar la BLYS como un recurso para enviar pequeñas dosis de radiación directamente a los tumores cancerosos. Hacia este objetivo ha dirigido su bomba molecular inteligente llamada LymphoRad, que une la BLYS con el yodo radioactivo -131. HGS también está probando versiones de drogas biotecnológicas existentes como hormonas de crecimiento. Pero el una vez fanfarrón William Haseltine es ahora más tranquilo y sosegado. "Ahora la organización es un sitio mucho más serio porque lo que cuenta es la vida de los pacientes”, argumenta, “en dos o tres años veremos el destino de nuestro primer grupo de drogas”.
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Este es el resumen del artículo "Más allá de hablar" publicado en Noviembre 24, 2003 en la revista Forbes.
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