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Cuestionarlo todo, todo el tiempo | 
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| No hay preguntas estúpidas. Sólo hay gente estúpida que no hace preguntas.
La innovación ocurre cuando uno está dispuesto a formar parte de la pregunta, y a hacer preguntas siempre. No se puede asumir que lo sabemos todo, como lo hizo Kodak al asumir que siempre existiría la película fotográfica. No innovaron, aunque sabían sobre las imágenes electrónicas y digitales.
Kodak, en lugar de preguntarse en qué dirección debían ir o qué necesitaban crear, llegaron a la conclusión de que siempre tendrían la respuesta. A partir de ese momento, nada que no concordara con sus conclusiones, llegaba siquiera a ser notado.
El propósito de una pregunta es tomar conciencia. Al tener mayor conciencia, nuevas y distintas posibilidades aparecen. Al haber más posibilidades, se puede escoger. Con cada posibilidad, puede preguntarse “si selecciono esto, ¿qué se creará?”.
Sea en su organización, en su familia o en su vida, ser un líder trata sobre saber hacia dónde se dirige, sin importar si tiene o no seguidores. Se trata de invitar las posibilidades, crear un futuro en base a las decisiones que se toman hoy, y escoger más allá de los puntos de vista limitados de los demás.
El liderazgo también es saber cuándo seguir y cuando parar. Cuando contrato a alguien, le pregunto qué trabajo quiere hacer. Le doy una lista de cinco cosas que necesito y le consulto en cuál de ellas es bueno o cual quisiera hacer. Si seleccionan lo que les gusta, les será fácil hacerlo. Si se les da la opción de crear su trabajo, el resultado será que irán más allá.
En ocasiones dejo que la gente falle. Si no me preguntan, no puedo detenerlos. Pero una vez que han fallado, al menos se preguntarán: “qué hago para no fallar”. Cuando han fallado una vez, trabajarán duro para compensar el daño que causaron.
Tenemos la tendencia de creer que las comunicaciones resuelven todos los problemas. La mejor comunicación es en realidad escuchar. Lo importante no es “hablar sobre algo”, sino captar la energía que crea la gente con lo que dice.
Con la mayoría de la gente, lo que piensan y lo que dicen es distinto. Al contratar, una de las preguntas que hago es “¿qué pregunta te debí haber hecho que no hice?”. Es increíble lo que responden. Generalmente dirán lo que realmente necesito saber sobre ellos.
La mayoría de la gente ha aprendido que si da mucha información, serán abofeteados. Nunca abofetee a alguien por dar demasiada información, agradézcales. Descártela si quiere, o descuéntela, pero no reclame. Asegúrese que reciba lo que tengan que decir.
No quiere decir que tenga que cambiar su punto de vista, pero si estar al tanto de que tiene un punto de vista distinto. Si lo logra, se estará comunicando de verdad. Tiene que saber lo que la gente recibe y lo que no. Tiene que estar consciente de cómo funciona la gente. Es parte de vivir en la pregunta.
Cuando se está dispuesto a hacer preguntas constantemente, uno se convierte en la pregunta. Uno comienza a funcionar como la pregunta. Una pregunta empodera. Una respuesta, quita poder. ¿Qué preguntas puede ser usted que cree el cambio que siempre supo era posible –en su vida, organización y en el mundo?
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Este es el resumen del artículo "Cuestionarlo todo, todo el tiempo" publicado en en la revista Thought Leaders.
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