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Cómo evitar que el cibercrimen siga saboteando a las economías emergentes | 
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| Aunque el cibercrimen sea una preocupación visible para las empresas y gobiernos de los países industrializados, uno de sus efectos más perniciosos no ha sido reconocido todavía en gran parte: éste podría entorpecer el crecimiento de las economías emergentes en todo el mundo. La digitalización en la mayoría de los países emergentes se ha convertido en un elemento clave para las actividades empresariales en organizaciones del sector público y privado. En los países del Medio Oriente que no se encuentran dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por ejemplo, los mercados digitales están expandiéndose a una tasa global de crecimiento compuesto anual del 12% y se espera que tengan un valor de US$ 35 mil millones para 2015. Los mercados emergentes son especialmente vulnerables, ya que tienden a tener economías altamente concentradas, como los sectores de petróleo y gas en muchos de los países del Medio Oriente.
Para lograr un nivel de clase mundial en ciberseguridad, un país necesita de una estrategia global, colaborativa e impulsada por capacidades:
- Global: garantizar la seguridad cibernética de un país es una tarea compleja. Una amplia gama de elementos provenientes de los sectores público y privado, así como de las organizaciones sin fines de lucro, deberán estar alineados, lo que requerirá de un gran esfuerzo centralizado. En el caso de la seguridad cibernética, la centralización es fundamental para garantizar que las normas nacionales sean establecidas por un órgano imparcial y civil. Para garantizar su imparcialidad, el órgano central debería ser independiente de otras organizaciones como ministerios, consejos o autoridades reguladoras. Éste debería reportar directamente a los principales líderes del país.
- Colaborativa: la colaboración entre los sectores público y privado, entre el gobierno y los ciudadanos, es de vital importancia para defender los activos digitales de un país. En muchos mercados emergentes, la colaboración entre el estado y las industrias importantes es relativamente fácil porque los dos ya poseen relaciones estrechas. Esta colaboración podrá ampliarse en un contexto nacional de seguridad cibernética. Con la ayuda de los organismos reguladores del sector, un país puede establecer responsabilidades operativas para grupos de interés relevantes. Un país también puede elaborar programas de seguridad cibernética dentro de sus programas económicos estatales existentes para así desarrollar capacidades digitales y capital humano.
- Impulsada por capacidades: Un enfoque estratégico en materia de ciberseguridad nacional puede ayudar a desarrollar sólidas capacidades para construir sistemas seguros –y para defenderlos frente a un ataque. Esta construcción requiere de normas de aseguramiento de información bien diseñadas, de mediciones regulares y permanentes y de pruebas de seguridad cibernética, así como del establecimiento de una mentalidad de seguridad en la toma de decisiones y actividades diarias del estado, del sector privado y de los ciudadanos. Además puede incluir una planificación de escenarios (para pensar de antemano acerca de posibles ataques y sus consecuencias), un plan nacional de respuestas a incidentes, así como el establecimiento de organizaciones de neutralización de amenazas y encargadas de hacer cumplir las leyes cibernéticas.
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Este es el resumen del artículo "Cómo evitar que el cibercrimen siga saboteando a las economías emergentes" publicado en en la revista Strategy + Business.
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