|
|
No tan especial | 
|
| Cuando se establecieron las primeras zonas francas modernas en el aeropuerto Shannon en 1959, pocas personas fuera de Irlanda les prestaron atención. Pero ahora todo el mundo pareciera admirar las zonas francas (también llamadas zonas económicas especiales o SEZ), pues ofrecen una combinación de incentivos tributarios y arancelarios, procedimientos aduaneros más sencillos y menos regulaciones. Tres de cada cuatro países tienen una SEZ. De hecho, actualmente hay en todo el mundo cerca de 4.300 SEZ, y se espera que otras entren en vigor próximamente.
A pesar de lo populares que son, las SEZ suelen ser un fracaso. África está repleta de estos elefantes blancos. En India han fracasado cientos de SEZ. Además, estas zonas no son baratas. Los incentivos que se ofrecen para atraer inversionistas implican una disminución impositiva (al menos a corto plazo). Además, las SEZ generan distorsiones dentro de las economías, por no hablar del lavado de dinero, entre otros factores negativos.
Para procurar que estos factores negativos eclipsen la creación de empleo y las inversiones que atraen las SEZ, los gobiernos deben aprender de sus errores.
Primero, es posible que ofrecer sol incentivos fiscales permita que la zona despegue en un principio, pero no es suficiente. Las zonas más exitosas están entrelazadas con la economía nacional.
Segundo, se debe lograr un equilibrio entre normativa gubernamental y libertad. Cuando hay demasiada interferencia central, es muy difícil fomentar la experimentación.
|
Este es el resumen del artículo "No tan especial" publicado en en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Comercio exterior.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|
