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Gran escape | 
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| Con toda la atención que hoy en día el público dedica a los remedios holísticos, los productos orgánicos y los cosméticos botánicos, no es de extrañar que muchos piensen en un spa como posible negocio. Representan una opción diferente a los resorts o spas turísticos ya que no requieren el mismo tipo de compromiso.
Según las estadísticas, en Estados Unidos se registraron 156 millones de visitas a los spas en general en el 2001, 68% de ellas a los spas de uso ocasional o diario. De estos existen dos tipos: los estándares, que ofrecen tratamientos corporales y los médicos, que necesitan la participación de un profesional del área.
Para quien quiere iniciarse en el negocio, lo primero es descubrir cuáles son los potenciales clientes. Algunos estudios han demostrado que la gente no acude al servicio porque lo consideran muy costoso o sienten que no son el tipo de persona que vaya a un spa. Por eso es necesario evaluar primero las características demográficas del entorno donde se considera la instalación. Se debe también educar a la gente sobre el servicio, para que no sea visto como un lujo.
Armado con un análisis demográfico, el emprendedor puede diseñar su plan de negocios que debe contener una descripción del proyecto, de los servicios, de las estrategias de mercadeo, un análisis de la competencia, información financiera y otros datos necesarios. En la primera etapa del desarrollo se debe decidir exactamente qué tipo de servicios se van a ofrecer. Los tratamientos típicos son masajes, aplicación de maquillaje, electrolisis, pedicure, manicures y tratamientos corporales variados. Terapias como Reiki y acuapresión, por ejemplo, deben ser dirigidas por un experto acreditado. El rango de servicios dependerá en gran medida del tipo de local que se seleccione ya que los implementos necesarios tienden a ser de gran dimensión (particularmente los de tratamiento corporal).
Para atraer a una clientela de nivel se necesita un local bien ubicado. Debería situarse cerca de otra tienda al detal para lograr buena visibilidad, y debe tener suficiente espacio para aparcar automóviles. Se necesita cierto capital para poder adquirir los equipos (tablas de masajes, estaciones de pedicure y manicure y sillas faciales reclinables sin contar los necesarios para las terapias de hidromasajes). Una vez que está instalado el local, se necesita personal calificado. Las escuelas de cosmetología son los mejores lugares para encontrar personal entrenado que sepa como manejar los equipos y los productos. Dependiendo de las actividades ofrecidas, se tendrá que buscar cosmetólogas licenciadas o practicantes con determinado número de horas de trabajo. Cuando se contrata, una buena recomendación es buscar a personas amigables y políticas, la personalidad es más importante que las habilidades, porque se puede enseñar a una persona a trabajar pero no se le puede dar una nueva personalidad.
La promoción es uno de los elementos más importantes, pero probablemente es una tarea de quienes gerencian el negocio empezar a difundir los beneficios de la visita a un spa. Se puede pensar en recurrir a avisos en el periódico local. Una vez “enganchados” los clientes, se debe asegurar de que se tiene el mejor nivel de servicio posible. Al respecto el rumor causado por clientes satisfechos puede hacer la diferencia entre muchos años de ganancia o una derrota. En cuanto al dueño del negocio, éste necesita estar siempre al tanto de las últimas tendencias e innovaciones del área para lo cual se puede recurrir a asociaciones de profesionales del sector. Algunos expertos recomiendan buscar también algo de entrenamiento educativo en el área de los negocios.
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Este es el resumen del artículo "Gran escape" publicado en Diciembre 2003 en la revista Entrepreneur.
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