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Cómo contraatacar | 
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| El asalto a París perpetrado por Estado Islámico (ISIS) el 13 de noviembre fue un ataque contra los placeres inocentes de la vida. Un día antes del ataque en París, terroristas suicidas habían asesinado a 43 personas en el Líbano. Durante el mes de octubre, 224 personas murieron cuando una bomba destruyera un avión ruso que volaba sobre Egipto. ISIS ha sembrado la muerte en toda la región de Oriente Medio y Norte de África. Clara y trágicamente, el mundo necesita reforzar sus defensas. La pregunta es ¿cómo?
La respuesta debe ser igual de calculadora. Estando a la cabeza del luto, François Hollande, presidente de Francia, prometió destruir a ISIS. Ese es un objetivo que merece la pena, aunque parcial, ya que otros grupos yihadistas con intenciones igualmente de asesinas prosperarán en las violentas grietas del Oriente Medio. La lucha será larga. Por ende, los países necesitarán de políticas que puedan sostener aunque el Oriente Medio permanezca inestable y, inevitablemente, los terroristas a veces logren hacer de las suyas.
El punto de partida para un mundo más seguro es en casa, con los poderes legales correctos. Los yihadistas a menudo se radicalizan de manera online en pequeños grupos. Ellos se comunican electrónicamente. Cuando viajan, dejan un rastro. Los servicios de inteligencia necesitan acceso controlado a estos datos. Los terroristas prosperan discretamente, sin embargo, los servicios de seguridad pueden abusar de sus poderes. La solución es un marco jurídico sujeto a escrutinio político y judicial.
La lógica de rechazar refugiados está profundamente viciada, práctica y moralmente. Existe un riesgo de infiltración evidente, y Europa debería supervisar las nuevas llegadas. Aunque al menos cinco de los terroristas de París eran ciudadanos europeos, no refugiados. Alguien que decida inmolarse durante un ataque terrorista siempre podría pagarle una red de contrabando de personas que lo haga infiltrarse. Algunos de los refugiados que llegan a las islas griegas fueron víctimas de la violencia yihadista, ocasionalmente en manos de europeos que viajaron a Siria para unirse a ISIS. Que Europa coloque un muro para musulmanes podría sugerir, como afirma el mismo ISIS, que los europeos los desprecian a todos ellos. Eso podría ser también un camino hacia el terrorismo.
Así como asegurar sus fronteras y hacer que los terroristas sean detectados más fácilmente dentro de ellas, el mundo necesita combatir a ISIS en su territorio en Iraq y Siria. Como último recurso, eso debería incluir el despliegue de efectivos terrestres occidentales.
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Este es el resumen del artículo "Cómo contraatacar" publicado en en la revista The Economist.
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