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¿Puede ser el networking en la oficina algo excesivamente bueno? |
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| En toda oficina hay empleados que tienen más influencia que los demás. Es posible que hayan amasado el capital político necesario para intercambiar favores o persuadir a sus supervisores, o quizás pueden codearse con la gente correcta y explotar ciertas relaciones.
Estudios recientes sugieren que los empleados que tienen este tipo de habilidades se desempeñan mejor en su trabajo. Si pueden hacer networking de forma más efectiva y obtener apoyo de todo tipo de gente, se pensaría que podrían ejercer influencia positiva en toda la empresa.
Pero investigadores en Alemania y Holanda advierten que no necesariamente es así, y encontraron el lado negativo del exceso de eficacia política: aunque puede ayudar hasta cierto punto, demasiado poder en los canales informales puede afectar la productividad. En general, los empleados con habilidades políticas “promedio” son los mejores en su trabajo.
Los autores realizaron dos estudios de empleados en su carrera temprana e intermedia. Ambos grupos en una variedad de trabajos (manufactura, servicios, trabajo social), analizados en un amplio espectro de actividades relacionadas con la política en la oficina (tendencia a agradar a sus compañeros, tiempo dedicado a redes sociales, cómo hacen para parecer sinceros) y evaluados formalmente en cuanto a desempeño.
La aptitud política resultó comportarse como el principio psicológico “too-much-of-a-good-thing (TMGT)” (el efecto “demasiado de algo bueno”). Hasta cierto punto, el desempeño del empleado mejora en proporción con sus habilidades políticas, pero cae drásticamente si tiene demasiada influencia sobre sus colegas; una curva en forma de U invertida.
Quienes se encuentran al principio de la U, carecen de los atributos necesarios para relacionarse con sus colegas y ejercer influencia política. Pero aquellos con sobre abundancia de influencia, comienzan a ser vistos por sus compañeros como si sus crecientes objetivos políticos se derivan de interés en sí mismo en lugar de trabajo en equipo. Llegan a ser considerados como que están tratando de poner a la gente unos en contra de otros.
Adicionalmente, ganar influencia política tiene su costo social, usualmente se gana la confianza de alguien a expensas de la de otra persona, lo cual es mal visto en los lugares de trabajo modernos. Los empleados que dedican demasiado tiempo y energía a cultivar vínculos sociales, suelen además distraerse de las obligaciones profesionales, bajando su productividad.
Ser bueno en política tiene su beneficio, si se selecciona a la persona correctamente. Construir lazos cercanos con los supervisores elimina el efecto negativo del exceso de influencia. Por un lado, esto trae beneficios tangibles (contar con el apoyo del jefe, acceso a información privilegiada); pero adicionalmente, quienes forman estrechas relaciones con sus jefes quedan blindados contra los efectos negativos de tener demasiadas habilidades políticas y se desempeñan mejor.
Lo cierto es que no existe una ecuación que defina el rol de la política en la oficina. Es necesario tener a la política en cuenta, a medida que los investigadores se interesan en el tema. Quizás resulte buena idea integrar ciertas mediciones sobre la ambición política a la hora de contratar, considerando que existe una fuerte relación entre esta y el desempeño.
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Este es el resumen del artículo "¿Puede ser el networking en la oficina algo excesivamente bueno?" publicado en en la revista Strategy + Business.
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