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El dolor de cabeza que son los desempleados | 
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| Argentina se recupera económicamente, pero persiste un grave problema que incluso puede impedir a los habitantes de Buenos Aires trasladarse tranquilamente por la ciudad. Se trata de los piqueteros, grupos de personas desempleadas del cordón de pobreza urbano que planean bloquear el centro de la ciudad. Los manifestantes, quienes sobreviven con un pago del gobierno de sólo US$ 50 al mes, se han convertido en la excusa para los retrasos y en material de queja para los taxistas. Incluso son el dolor de cabeza del presidente Néstor Kirchner, quien recientemente los acusó de enfrentar a los ciudadanos argentinos, debido a que las protestas frecuentemente afectan el camino de quienes se dirigen a sus empleos.
Pero el mandatario está siendo cuidadoso. Su predecesor, Eduardo Duhalde, se sintió obligado a acortar su mandato y llamar a elecciones después de que la policía mató a dos protestantes en junio del 2002. Los orígenes de los piqueteros se remontan a mediados de 1990, con la llegada a la ciudad de masas de desempleados. La compañía petrolera estatal despidió miles de trabajadores antes de su privatización. Muchos vivían en pequeños pueblos de provincias remotas como Neuquén y Salta, donde el bloqueo de calles era la única manera de poder llamar la atención.
Desafortunadamente no hay expectativas para una resolución del conflicto. Todavía el desempleo no desciende lo suficiente. Por ahora, Kirchner está tratando de dividir y reglamentar las protestas. El gobierno puso en manos de los líderes piqueteros el outsourcing de la administración de parte de su plan de emergencia destinado a este sector. Ahora el gobierno acusa a algunos de ellos de usar el dinero para apoyar a los políticos de extrema izquierda. De acuerdo con Maristela Svampa, socióloga de la Universidad de San Martín, sólo un décimo de los pagos es administrado por piqueteros, y la mayoría del resto está administrada por líderes locales del partido peronista de Kirchner. Como los de izquierda, los peronistas usan el programa para comprar lealtad política. La mejor opción sería volver a un esquema gerenciado por el Estado, abierto a todos aquellos genuinamente desempleados. Según el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, este año los bloqueos de los piqueteros promediaron 104 por mes, casi la mitad de los llevados a cabo en el 2002.
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Este es el resumen del artículo "El dolor de cabeza que son los desempleados" publicado en Diciembre 20, 2003 en la revista The Economist.
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