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Por qué deberíamos estar agradecidos con China | 
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| Muchos son los beneficios que el rápido cambio chino está trayendo al mundo, particularmente a Estados Unidos. Si bien es cierto que China estuvo involucrada con el récord deficitario estadounidense del 2003, también es cierto que tal déficit no se creó en Beijing, sino en Washington. Gracias al déficit presupuestario federal, Estados Unidos ha disminuido sus ahorros nacionales. Con el fin de contar con la inversión necesaria para el crecimiento económico, la caída del ahorro doméstico debe ser compensada con los ingresos superavitarios foráneos. Por lo que, Estados Unidos, no tiene otra opción que administrar inmensas balanzas de pago y déficits comerciales con el fin de atraer el capital extranjero.
En este sentido, China juega un papel importante en el hueco fiscal estadounidense. Tal y como Japón llenó el vacío creado por los déficit de la administración Reagan en los años 80, China llena el vacío de los déficits de la administración Bush. De hecho, es el consumidor quien más se beneficia del comercio con China (Estados Unidos compró más de US$ 150 billones a China en productos baratos y de alta calidad). Eso ayudó a mantener a raya la tasa de inflación.
China también está cambiando una gran parte de sus ganancias de exportación en activos financieros basados en el dólar. Hasta el pasado noviembre, este país poseía US$ 144 billones en bonos del Tesoro, un 9,6% del total de inversiones extranjeras en este instrumento, lo que convierte a China en el segundo inversor en Estados Unidos después de Japón. Pero, no sólo Estados Unidos debería estar agradecido con China. Las corporaciones multinacionales se han movilizado rápidamente para incluir a la nación asiática en sus cadenas de suministros. Más de US$ 50 billones en inversión extranjera directa fueron a China en los últimos dos años. El outsourcing se ha convertido en un elemento cada vez más importante de las estrategias de eficiencia corporativa, permitiendo que las operaciones de alto costo en países en desarrollo sean reemplazadas por producción de bajo costo en países como China. Además, el país se ha convertido en una fuente importante de crecimiento para sus vecinos en Asia.
La llamada “amenaza china” no tiene ningún sentido en una era de globalización. China no le está robando los empleos a los países ricos, e industrializados. El empleo está creciendo en el sector exportador de China porque las corporaciones multinacionales están expandiendo sus subsidiarias chinas. El mundo está en deuda con China por cumplir su compromiso de desmantelar su economía estatista. Esta es una gran oportunidad para el comercio mundial. El ascenso de China es un reto que está obligando a las economías de Europa y Japón replantearse el panorama económico mundial. Lejos de ser una amenaza, China es un importante ejemplo a emular.
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Este es el resumen del artículo "Por qué deberíamos estar agradecidos con China" publicado en Marzo 22, 2004 en la revista Fortune.
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