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Competitivas y ¿globales? |
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| En marzo, la compañía brasileña, Ambev, la mayor cervecera sudamericana, anunció su fusión con la belga, Interbrew, operación que daría como resultado la mayor cervecera del mundo. Pero las condiciones del acuerdo indican que se trata de algo más que una simple compra. La cervecera belga tomará, al final del proceso, 85% del capital votante de la nueva sociedad y 57% del capital total, lo que ha planteado el debate sobre cuál es la frontera para la globalización de las empresas latinoamericanas.
Al parecer las empresas latinoamericanas llegan a un límite tras el cual la alternativa es estancarse o asociarse con un gigante global (casi siempre en la forma de una adquisición), y esta última opción paradójicamente despierta la resistencia por razones nacionalistas. Según Douglas van der Berghe, profesor de la Rotterdam School of Management y consultor de la Unctad, la Conferencia de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Comercio, estas reacciones son comunes en todo el mundo, pero en América Latina se ven agravadas por el temor al neocolonialismo. Para otros expertos se trata simplemente de que si una fusión o adquisición sirve para ampliar los mercados de la empresa en el exterior, es positiva.
Hay varias razones que explican el límite al que pueden llegar las empresas latinoamericanas. Una es el costo del financiamiento. Además, estas organizaciones también sufren de la falta de un modelo de negocios que les dé una ventaja competitiva. Salvo excepciones, como la mexicana Cemex, la brasileña Embraer o la argentina Techint, el destino de las multinacionales latinoamericanas apunta principalmente a las alianzas con extranjeros. Valdría la pena recordar a los nacionalistas que las alianzas con empresas extranjeras fueron fundamentales en la internacionalización de las economías asiáticas, que, con el tiempo, han ido ganando más independencia y alcance global.
¿Cuál es el veredicto para Ambev? Nacionalismos aparte, la alianza con Interbrew será muy positiva para los accionistas, para Ambev y para Brasil. Se ganará acceso a mercados que antes se hubieran tenido que desarrollar y a un portafolio de tecnología de punta existente en todo el mundo, desde Labatt en Canadá a Stella Artois en Bélgica. Además, hará más fáciles las inversiones de Ambev. Salud entonces por la globalización, aunque sea con una cerveza belgo-brasileña.
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Este es el resumen del artículo "Competitivas y ¿globales?" publicado en Abril 2004 en la revista América Economía.
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