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El llanto de los pobres no le servirá más a Argentina | 
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| Gracias a las exportaciones de soya, que han alcanzado cifras récord, un sector industrial protegido de las importaciones, y un peso devaluado, están llegando los dólares a las arcas gubernamentales argentinas. Se espera que el PIB crezca 8% este año. Los niveles de pobreza y desempleo están bajando y los consumidores están gastando de nuevo. Pero no todo es tan bueno, particularmente para los propietarios de bonos. El presidente, Néstor Kirchner, quien goza de 75% de aprobación popular, ha dicho que el país no puede darse el lujo de pagar más de 25 centavos por dólar. Este mensaje fue reiterado por el ministro de economía, Roberto Lavagna, en una reunión con el FMI, el pasado 24 de abril.
Lavagna ha enfocado su estrategia de negociación en la capacidad de Argentina para pagar. No obstante, la línea de gobierno se vuelve cada vez menos creíble y las conversaciones más difíciles. Bajo la presión del Grupo de los Siete y el FMI, en febrero, Argentina contrato tres bancos de inversión para trabajar en el pacto de reestructuración final para agosto. Si esta fecha no se cumple, el organismo internacional podría rehusarse a otros préstamos y podría también querer impulsar a Argentina a elevar sus tasas de ahorro fiscal.
Por su parte, los propietarios de bonos indican que Argentina perdió su oportunidad de oro de ganar mejores concesiones cuando hizo las negociaciones con el Fondo, en plena crisis. Sin embargo, consideran que los mercados están apostando a la economía y, por tanto, la oferta de Kirchner y Lavagna sobre las ganancias por dólar debería mejorar. Los analistas indican también que la economía de este país avanzará con retardo, ya que las constantes conversaciones desestimulan a los inversores, tanto locales como extranjeros. Las inversiones se mantienen todavía 31% por debajo de sus niveles del 99 y muchas empresas transnacionales, como: BellSouth, Verizon, France Télécom, National Grid Transco of Britain y Banca Nazionale del Lavoro, de Italia, han anunciado su salida.
Los problemas obedecen a algunas políticas desacertadas del Gobierno. De hecho, la industria se ha visto afectada por el racionamiento nacional de electricidad, un resultado directo del congelamiento de las tarifas del servicio, durante dos años. Al mismo tiempo, Kirchner no ha declarado abiertamente sus intenciones sobre el destino de inversión del superávit fiscal, mientras muchos grupos (entre los que se cuentan pensionados y desempleados) han tocado a la puerta buscando un sitio entre los beneficiados. La advertencia, sin embargo, se ha presentado: que no gaste todo el pote de una vez, porque puede que lo necesite para pagar a los propietarios de bonos.
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Este es el resumen del artículo "El llanto de los pobres no le servirá más a Argentina" publicado en Mayo 10, 2004 en la revista Business Week.
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