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En el oleoducto | 
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| Daqing, la ciudad petrolera del noreste de China, llegó a ser en algún momento el símbolo de la confianza que los chinos sentían por su país. El descubrimiento de grandes reservas, en 1959, liberó a China de los proveedores de la Unión Soviética. Hoy en día, el rendimiento de este campo ha caído, mientras China ha aumentado su demanda de energía y ha vuelto la mirada de nuevo a la oferta de los países de la ex Unión Soviética, cosa que también está haciendo Japón. Según los planes, Daqing sería el punto final de un oleoducto que empieza a 2.300 km de distancia, en Angarsk, hasta el Lago Baikal en Siberia Oriental. Y se convertiría en un centro de refinación para el petróleo ruso que podría dar entre 20 y 30 millones de toneladas de crudo al año, equivalente al 30% de las importaciones actuales de China
Pero la idea del rival Japón es enviar el petróleo por el oleoducto al puerto de Nakhodka, dónde podría distribuirse a ese país y a otros mercados (incluso China). En teoría, se podría hacer un ramal a Daqing, pero abundan las dudas sobre si habría suficiente petróleo en Angarsk. Aunque los campos de Siberia del Este parezcan prometedores, todavía tienen que ser explotados comercialmente. Incluso para estar seguros de poder cumplir con los requerimientos del primer oleducto propuesto hacia Daqing, Rusia tendría que depender inicialmente de los envíos de los campos mejor desarrollados de Siberia Occidental.
Muchos analistas consideran que los rusos podrían querer favorecer a los japoneses por encima de sus asociados estratégicos en China. El esquema japonés podría evitar la dependencia de un único mercado y se incluye recursos de miles de millones de dólares de inversión japonesa en exploración petrolera en Siberia Oriental. Algunos estudiosos del tema piensan que ya los rusos se han decidido por la ruta de Nakhodka, lo que encajaría mejor con los planes de Putin para desarrollar el Este de Rusia, ya que la línea de Nakhodka serviría más para suplir a los mercados locales que a los compradores extranjeros. Mientras que la opción de la rama a Daqing quedaría, en teoría, abierta.
¿Dónde quedaría China en todo esto? Su preocupación básica es protegerse de la volatilidad de los precios de los mercados internacionales (importa un tercio de sus requerimientos). La incertidumbre sobre Daqing y las preocupaciones sobre el Medio Oriente han hecho que China se aboque a explorar otras opciones como la costosa proposición de un oleoducto desde Asia Central a China (cerca de US$ 3 mil millones por la ruta de Kazakhstan a Xinjiang). Ya China ha hecho una espectacular demostración de su capacidad para invertir dinero en estratégicos planes de energía, con su oleoducto de 4.000 km que lleva gas natural de Lunnan, en Xinjiang, a Shanghai. Este proyecto de US$ 15 mil millones empezará a funcionar a fines de año, y representa un factor de estabilidad del país. El país está también comprometido a promocionar el uso del gas como fuente de energía, lo que es menos contaminante que el carbón, principal recurso. Para el momento en que el gas de Xinjiang llegue a los consumidores de China Oriental, su precio apenas será competitivo frente a combustibles alternativos. Pero este detalle representa un motivo de poca preocupación para Beijing.
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Este es el resumen del artículo "En el oleoducto" publicado en Mayo 01, 2004 en la revista The Economist.
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