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El gran apretón



Revista: Business Week
Tema: Industria de energía y petróleo
Fecha: Mayo 17, 2004
Autor(es): Peter Coy
Los precios del petróleo y la gasolina han aumentado en los últimos meses. En California, los camiones han bloqueado el tráfico e iniciado protestas por el precio del diesel. El petróleo está cercano a los US$ 40 por barril, el precio más alto desde la Guerra del Golfo en 1990. Esto podría traer consecuencias en el gasto del consumidor, los ingresos de las empresas, la inflación y la recuperación económica. Este aumento responde, en buena medida, a la fuerte demanda proveniente de China y Estados Unidos. La restricción de la OPEP también ha impulsado los precios, y los mercados están ansiosos después de un mes de ataques terroristas en el Golfo Pérsico, por lo que muchos están pensando lo que podría pasar si los envíos del petróleo saudita fueran interrumpidos. La gasolina ha pasado por un proceso parecido y, probablemente, también el gas continúe su escalada.

Los voceros de los sectores energéticos de Estados Unidos han dicho que las refinerías del país no podrán producir todo el gas que se necesitará para el verano, por lo que tendrá que recurrirse a las importaciones (que a su vez se ven afectadas por las restricciones del Gobierno). Si los problemas recrudecen, podría haber escasez y los precios subirían de nuevo.

En cuanto al daño a la economía, los altos costos de energía suprimen el gasto del consumidor en otras áreas y se incrementa la tasa de inflación. Se estima que cada aumento de US$ 10 por barril, resta un 0,25% de la tasa de crecimiento económico. La situación es más llevadera para unas empresas que para otras. Los altos precios dañan, en particular, a los sectores petroquímico y de transporte.

Lo que podría bajar los precios es que la OPEP produjera más petróleo (la organización recortó las cuotas a 1 millón de barriles diarios en abril), esta posibilidad podría discutirse en junio cuando el cartel se reúna. Sobre las alternativas de Estados Unidos, podría dejar de sumar petróleo a su Reserva Estratégica de Petróleo, pero la administración Bush se niega. La Agencia de Protección del Ambiente podría bajar los precios en California, Nueva York y Connecticut, dejando a estos estados vender gasolina sin etanol durante este verano, pero es otra alternativa improbable. A largo plazo lo que se está haciendo es tratar de estimular a la industria nacional para aumentar el suministro. Tampoco queda mucha esperanza en los esfuerzos potenciados por las campañas conservacionistas para reducir el consumo (particularmente por los dueños de los vehículos todo terreno que se han popularizado en los últimos años).

Por último, sobre lo que puede hacer el ciudadano común, si la gasolina no baja, tendrá que optar por vehículos más eficientes en consumo de combustible, como se hizo en 1970. Los precios de la gasolina todavía están bajos en comparación con otros tiempos de crisis. Pero esto no es mayor aliciente para una nación de conductores de SUV, que están tan cercanos a una verdadera crisis de energía, como nunca lo han estado.




Este es el resumen del artículo "El gran apretón" publicado en Mayo 17, 2004 en la revista Business Week.

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