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¿Acaso Lula ha perdido su encanto? | 
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| La primera parte del “efecto Lula” corresponde a cuando Luiz Inácio Lula da Silva ganó la presidencia de Brasil en octubre del 2002. Los inversores temblaron pensando que el mandatario no cumpliría con las deudas. En lugar de ello, el líder optó por la austeridad y los bonos y acciones se fortalecieron. Ahora, sin embargo, surgió de nuevo el temor ante la pérdida de popularidad de Lula. Sus programas sociales no han tenido el efecto esperado y su gobierno se ha visto envuelto en señalamientos de corrupción. El mes pasado, dos proyectos de ley respaldados por el Gobierno no lograron su aprobación en el Congreso y también se han producido efectos desfavorables en el mercado financiero.
La situación podría empeorar. En cualquier momento el Tribunal Supremo de Brasil dilucidará la legalidad de una reforma del Seguro Social promulgada el año pasado. Si decide en contra, podrían perderse los beneficios de ahorro de costos que traería el plan. El Congreso podría también forzar el levantamiento de exenciones tributarias y garantizar un aumento mayor del salario mínimo planteado por Lula. Tales medidas costarían al Gobierno unos US$ 3,5 mil millones anuales, por lo que muchos analistas vaticinan un desastre fiscal y financiero.
Por otra parte, una decisión favorable proporcionaría un impulso a la confianza. Y Lula está trabajando duro por ganar nuevamente el control de la agenda política, para lo cual es importante que la mayoría de los seguidores oficiales en el Congreso sigan la posición de la mayoría. Los inversores, a su vez, esperan que cuando el humo se disipe, Brasil se hará sólido. Pero sea lo que pase a largo plazo, a este país se le hace cada vez más difícil pedir prestado. Probablemente el Gobierno tenga suficiente flujo de efectivo para cancelar compromisos tanto nacionales como externos hasta septiembre, después de eso, debe buscar la manera de lograr nuevamente el acceso al crédito internacional.
¿Qué podría reversar la tendencia? La economía de Brasil, que se contrajo 0,2% el año pasado, está creciendo más rápidamente gracias a las exportaciones y la caída de las tasas. Si se llega a un entorno de satisfacción a tiempo para las elecciones municipales en octubre, los votantes podrían respaldar a los candidatos de Lula en lugar de rechazarlos. Esto podría estimular la confianza lo suficiente para eliminar el “efecto Lula”.
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Este es el resumen del artículo "¿Acaso Lula ha perdido su encanto?" publicado en Junio 07, 2004 en la revista Business Week.
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