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Las alturas de las montañas rocallosas |
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| Rocky Flats fue una planta de armas nucleares situada a sólo 16 millas de Denver, Colorado. Esta edificación dejó de producir en 1989, y para el 2006, se espera que sea completamente demolida y clausurada. Lo curioso es que en este trabajo de limpieza están trabajando quienes en algún momento se desempeñaron en la empresa y recibieron los beneficios de la misma. Esto se ha logrado según los expertos, mediante incentivos, liderazgo simbólico y el cambio de la naturaleza de la cultura. Kaiser-Hill, la compañía responsable del proceso, ha hecho de todo para cambiar la “tóxica” cultura de los empleados y llevar a cabo su ambicioso plan, que abarca nada menos que 10 años y US$ 7 mil millones (aun cuando las estimaciones iniciales eran de 70 años y US$ 36 mil millones).
Para lograr el éxito, Kaiser-Hill ha tenido que persuadir a los empleados para que se esfuercen en conseguir algo que parece imposible, y desarrollen nuevos procesos para trabajar más rápidamente, de manera más segura e inteligente. Se podría decir que el reto de esta experiencia ofrece lecciones inusuales en lo que respecta a gerenciar con flexibilidad, sensibilidad e imaginación. Una de las motivaciones estriba en que la empresa podría ganar hasta US$ 560 millones si completa la tarea para finales del 2005, además de otros contratos de la misma naturaleza.
Lo más importante del proceso, según algunos voceros, ha sido recordar a los trabajadores cómo obtener éxito en las tareas propuestas. Se tuvo que reinstalar el orgullo y el compromiso que mostraban en los días de producción de la planta. Para alimentar esta experiencia, Kaiser-Hill trabajó con el sindicato, para lograr equipos de trabajo más eficientes y eliminar categorías. También se redefinieron responsabilidades y labores supervisoras. En cuanto a los incentivos, se trabajó en un complejo sistema de bonos y compensaciones en función del desempeño y la contribución de cada trabajador. Pese a la rapidez requerida para culminar la tarea, la seguridad se mantuvo como prioridad.
Para los tres mil trabajadores que quedarán cesantes cuando cierre la empresa, Kaiser-Hill también tiene un programa que facilitará la transición y no aleje a los preocupados obreros de su trabajo actual. Dado que los despidos pueden llevar a un descenso en la productividad, la calidad y la moral, a continuación se exponen algunas recomendaciones de Kaiser-Hill para lograr mejores actitudes y mejor resultado final.
- Dar un significado al trabajo: brindar a los trabajadores una razón poderosa para hacer lo que deben.
- Emprender un liderazgo simbólico: para una fuerza de trabajo que no creía que las metas eran posibles, se necesitaban logros simbólicos para combatir la negativa. Una de las acciones fue el desmantelamiento del edificio de la gerencia, donde mucha gente fue contratada en algún momento.
- Suavizar la transición: el programa de Kaiser-Hill promueve un banco de empleos en línea, fondos para emprendedores y promoción de las habilidades de los trabajadores en el periódico local.
- Compartir la riqueza: en el caso de Kaiser-Hill, si se completaba la tarea antes, se compartiría la ganancia con los empleados. Así, el incentivo se enfoca en el éxito.
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Este es el resumen del artículo "Las alturas de las montañas rocallosas" publicado en Julio 2004 en la revista Fast Company.
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