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Vivir en la bóveda |
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| En junio, Intel lanzó dos nuevos chips, Grantsdale y Alderwood, de los cuales se ha dicho son los cambios más radicales en el mundo de las computadoras personales desde hace una década. La visión de Intel es que la gente empezará a usar las máquinas para almacenar y gerenciar archivos de grandes dimensiones, y hasta para emplear e interconectar todos los aparatos electrónicos del hogar. Esta percepción de lo que será el futuro también ha sido señalada por muchos, y se dibujan escenas como puertas de garajes que se abren con sólo sentir la aproximación del automóvil o refrigeradoras que saben cuándo ordenar leche vía Internet.
Pero esto último son sólo expectativas futuristas. Jen-Hsun Huang, presidente ejecutivo de NVIDIA, el fabricante de chips gráficos más grande del mundo, señala que la visión del contenido digital con relación a los chips es mucho más acertada e importante que la de la automatización del hogar. Y esa es la verdadera razón por la cual los nuevos chips de Intel son tan importantes como esta empresa proclama. Ellos son el punto clave de la batalla sobre la dominación del mercado entre las industrias de la computación y la de los equipos electrónicos. Intel, con un monopolio virtual en los chips, naturalmente espera que las PC dominen. También esto lo piensa Microsoft, con su dominio sobre los sistemas operativos. HP, Gateway, Dell y Apple también quieren que la PC gane. En el otro extremo, están los gigantes de equipos electrónicos. Sony, por ejemplo, quiere que sus consolas de juego entren en la contienda por la supremacía digital.
Pero la industria de la PC parece ser la favorita en la contienda, particularmente porque tiene al poderoso Microsoft de su lado. Esta empresa ya está dando la pelea con su Windows Media Center, una versión de su sistema operativo que parece más un menú de TV. El problema para esta empresa es que el consumidor no parece muy entusiasmado (en un estudio, sólo un 32% de hogares estadounidenses dijeron sentirse a gusto con que sus PC se convirtieran en un sistema de entretenimiento). Este escepticismo no significa, de todas maneras, que ganará el otro extremo. En lo único en que ambas parecen coincidir es en que los hogares estarán siempre conectados a banda ancha y que los contenidos se compartirán en los distintos sectores del hogar, o sea, no será necesario un “cerebro” central sino que cada dispositivo (una PC, una consola, un teléfono móvil) podrá almacenar información.
Todavía hay mucho que sopesar. Algunos expertos dicen que el dinero real que se obtenga del hogar digital será para aquellos que provean un servicio o vendan publicidad. Los fabricantes de hardware se volverán locos tratando de pensar en cualquier artefacto que pueda convertirse en un “caballo de Troya” y se quede con el botín.
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Este es el resumen del artículo "Vivir en la bóveda" publicado en 03 Julio, 2004 en la revista The Economist.
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