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Los peligros ocultos de la economía informal |
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| No es un secreto que muchas empresas operan evadiendo impuestos, ignorando la calidad del producto y las regulaciones de seguridad, infringiendo los derechos de propiedad e incluso no registrándose como entidades legales. El problema es más evidente en los países en desarrollo, pero también se ha presentado en las naciones desarrolladas. El Banco Mundial estima que esta economía informal genera 40% del PIB de las naciones de bajo ingreso y 17% de las de alto ingreso. En algunas industrias, como la construcción y venta al detal, la informalidad puede contar hasta un 80% del empleo.
Los Gobiernos son poco capaces de ver el daño que esta práctica puede causar a la economía y al crecimiento económico. Algunos estudiosos creen que esto puede desaparecer en la medida en que los sectores formales crezcan y estimulen el empleo. Pero otros creen que la informalidad crecerá y eventualmente aparecerán empresas consolidadas si se les brinda algún tipo de asistencia o crédito. Pero lo cierto es que el sector informal va a crecer y con efectos desfavorables, según estudios recientes del McKinsey Global Institute.
Para muchos, la economía informal tiene que ver con vendedores informales en las calles y pequeños negocios, pero también existe en empresas mayores en los países en desarrollo, tales como cadenas de supermercados, suplidores de autopartes y otras operaciones. También se cuentan en este segmento las ventas al detal y la construcción, donde las ganancias son difíciles de auditar y verificar y donde no se reporta la fuerza de trabajo que se emplea.
La informalidad destaca más en áreas como ropa y comida que en las de uso intensivo de capital como el ensamblaje automotor, cemento, aceite, acero, y telecomunicaciones. En India y Rusia, por ejemplo, los gobiernos locales hacen que las empresas de energía provean el servicio gratuitamente a algunas empresas, subsidio que permite a los negocios informales seguir funcionando. Algunos factores como la carencia de buenas instituciones reguladoras y un débil sistema de justicia también fomentan el fenómeno, además de que en muchas naciones en desarrollo existe poca presión social para hacer cumplir las leyes.
Al final, la sociedad paga los costos de la informalidad. Quienes trabajan en este sector no acceden a los beneficios laborales y de seguridad social que tienen algunos países en desarrollo. Los consumidores también pierden, ya que adquieren productos y servicios sin garantía. En cuanto a la acción gubernamental, MGI encontró que la informalidad no proviene de la corrupción y la falta de recursos, sino de la incapacidad de las autoridades de darse cuenta del resultado positivo de reducir la informalidad. Entre las acciones a tomar está sumar recursos a las capacidades de auditoría de los Gobiernos y a los sistemas judiciales que puedan procesar los evasores de impuestos. Otra alternativa es asociarse con las instituciones financieras, como bancos y empresas de tarjetas de crédito, para incrementar el número de transacciones grabadas en cuanto a recolección de impuestos y así elevar la calidad de los datos disponibles para los agentes de impuestos. Finalmente, los gobiernos de los mercados emergentes deberían considerar reducir y redistribuir la carga impositiva para refrenar el crecimiento de la informalidad.
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Este es el resumen del artículo "Los peligros ocultos de la economía informal" publicado en 3er trim 2004 en la revista McKinsey Quarterly.
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