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El peso pesado de las ondas latinas | 
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| Jerry Perenchio, el magnate más poderoso de la televisión en español, dueño de Univision Communications Inc., desconfía de los medios de comunicación, raramente da entrevistas, y ni siquiera habla español. Hace unos años apostó al nicho latino y ahora posee dos redes de televisión, un canal por cable, una red de radio y tres empresas de música. Univision casi duplicó sus ganancias en el 2003, a US$ 155 millones, con ingresos de US$ 1,3 mil millones. Perenchio controla la empresa totalmente y, aunque no recibe salario, posee el 11,5% de las acciones.
Pocos saben cuál es su forma de pensar en torno a la organización, pero todos conocen sus reglas de trabajo: pensar en grande, evitar errores, practicar el trabajo en equipo y contratar personal más inteligente. La regla No. 1: apartarse de la prensa, quedarse lejos de los reflectores y sólo promover las marcas. Esta normativa es muestra de su carácter volátil. Su imperio mediático puede ser pequeño comparado con otros gigantes de la industria, pero nadie niega que lo que posee es una mina de oro. Viacom Inc., por ejemplo, ha hecho ofertas para comprar Univisión, pero la oferta fue rechazada porque Perenchio las ha calificado de muy baratas.
Perenchio ha estado siempre cerca de las estrellas de Hollywood, actuando como promotor u organizador de eventos. Pero, sin duda, su idea más efectiva ha sido abarcar el mercado hispano. Primero adquirió el Canal 47 de Nueva York, en español, para lanzar un servicio por suscripción. En 1992, se asoció con la mexicana Televisa y con la venezolana Venevision International para comprar cinco estaciones más, una antesala a lo que sería Univisión. Después de la adquisición se dieron algunos inconvenientes con Televisa. Internamente, Univision ha tenido algunos conflictos con sus trabajadores, por lo que ahora, después de algunas reivindicaciones, cierto sector de los 4.300 empleados está sindicalizado y pautando negociaciones adicionales.
Aunque algunos dicen que Perenchio es un mal empleador, otros reconocen que ha recompensado los buenos años con bonos extraordinarios. En cuanto a sus afinidades políticas, ha contribuido económicamente con la familia Bush desde hace años y recientemente con el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, un hispano. Por ahora, es simplemente un gringo a cargo de una de las más valiosas franquicias de medios, un viejo magnate Hollywoodense que está liderando la nueva América.
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Este es el resumen del artículo "El peso pesado de las ondas latinas" publicado en Agosto 09, 2004 en la revista Business Week.
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