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Guía ejecutiva de computación utilitaria | 
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| Más allá de la acepción del término que ha adoptado cada empresa, la “computación utilitaria” no es más que brindar recursos flexibles de computación cuando y donde se necesiten. Tales recursos pueden provenir de una fuente externa que factura por tareas o proyectos. Es una dinámica de pagar a medida que se obtienen los servicios. Para que funcione, necesita un esfuerzo coordinado entre hardware, aplicaciones y software de gerencia. El obstáculo es que muchos proveedores de aplicaciones todavía no han hecho un cambio masivo a los modelos de licenciamiento, que a su vez son las barreras a los precios (lo que permitiría a los clientes pagar por el consumo o uso, tal como pasa con la electricidad y el agua). Todavía los proveedores de software venden sus productos por unidades (por CPU, por ejemplo) sin importar qué tanto se emplean los servicios.
La negativa a cambiar de esquema se debe principalmente a que se cambiaría dramáticamente la valoración financiera de las empresas proveedoras de software (Wall Street) y así no habría una proyección de ingresos sino un reporte de lo alcanzado mensualmente. Pero, por otra parte, muchos consideran que la opción de estas organizaciones también sería proveer los servicios más rápidamente, en lugar de esperar semanas y hasta meses para completar un proyecto.
Si se pregunta a los proveedores si tienen servicios de computación utilitaria dirán que sí, pero esto no es cierto. Al respecto se debe tener en cuenta que: la computación utilitaria es más que outsourcing, la clave es el precio por uso. Y, es más que virtualización, que es el acto de consolidar el poder de un servidor y el espacio de almacenaje. Para realmente hacer uso de la computación utilitaria, se debe elegir sabiamente; es una opción adecuada cuando las aplicaciones de alto costo no se usan con tanta frecuencia y, además, se debe saber qué aplicaciones se adaptan mejor a esta práctica (no todas aplican).
En el caso del aporte del CEO para ayudar a la empresa a adoptar un modelo de computación utilitaria, este vendría dado por el soporte al cambio cultural que supone. Por su naturaleza, la computación utilitaria requiere tanto centralización como compartir recursos de formas que muchas empresas no están dispuestas a asumir. En tal situación, el papel del CEO es el de mediador. La meta última o principal es el dinero, obviamente. La CU promete menos costos de licenciamiento, consolidando múltiples instancias de aplicaciones en pocas licencias, permitiendo a las empresas pagar sólo por las horas activas, por ejemplo. También promete reducir los costos de mantenimiento y crear el marco para una empresa más ágil, que permita que los procesos comerciales sean reconstruidos para lograr nuevas oportunidades.
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Este es el resumen del artículo "Guía ejecutiva de computación utilitaria" publicado en Agosto 01, 2004 en la revista CIO.
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