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Eau, Neau! | 
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| 25% o más del agua embotellada que compramos es obtenida de las tuberías de los surtidores municipales, los mismos que suplen nuestras casas y apartamentos, simplemente filtrada para remover minerales y otras partículas que podrían ser perjudiciales para el cuerpo humano - y no de glaciares o manantiales. Es el caso de la Aquafina de Pepsi o la Dasani de la Coca Cola. Las marcas de agua más vendidas en EEUU vienen del mismo sitio. Entonces, ¿por qué pagar 89 centavos por un litro de Aquafina, 99 centavos por Poland Spring, o US$1,49 por Evian, si la pudieramos obtener gratis?
La respuesta: el agua embotellada se puede trasladar, viene envasada, es natural, dietética, no carbonatada, no tiene que estar refrigerada y tiene más posibilidades de ocasiones de consumo que cualquier otra bebida.
Pero no todo es pureza. En 1996 en Massachusetts se descubrieron rastros de un solvente industrial y un possible carcinógeno en un pozo empleado por una embotelladora local. En 1997 fue detenido un hombre en Dorchester que bombeaba el agua de un sótano y luego la envasaba con el nombre Fuente de Juventud. Y en 1998, el Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York embargó 18 marcas de agua embotellada por haber omitido algunos mandatos legales en el etiquetado, como señalar que estos productos podrían ocasionar riesgos a la salud si eran consumidos.
Las características del agua envasada la hacen propensa a ser copiada y alterada. Afortunadamente, el precio unitario no es suficientemente alto como para ser atractivo a la mafia.
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Este es el resumen del artículo "Eau, Neau!" publicado en Marzo 17, 2003 en la revista Fortune.
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