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Una tarea difícil | 
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| Una vez que el CEO Ed Breen asumió su cargo en Tyco International, despidió a la junta directiva que lo había escogido. Y ése fue sólo el comienzo. El ex presidente de Motorola, llamado a sustituir a Denis Kozlowski (acusado de saquear la compañía), recibió no sólo una oferta por US$ 3,5 millones en bonos y un salario anual de US$ 1,5 millones, sino una empresa al borde de la quiebra y con una reputación maltrecha.
Lo primero que hizo Breen fue despedir a todo el tren gerencial y reemplazar la junta de directores, algo que nunca se había hecho en una empresa de este tamaño. A pesar de que esto rompería con la tradición corporativa, el nuevo CEO sostuvo que una limpieza total le demostraría al mercado que Tyco estaba dispuesta a ser algo totalmente diferente. Además, tras el escándalo de malversación de fondos, Breen decidió no optar por la bancarrota, sino por sanear completamente los balances con el fin de evaluar qué se le podría ofrecer a los inversores.
Breen decidió hacer de Tyco una compañía operativa de primera clase. En función de ello, se ha dedicado a la inversión en investigación y desarrollo para producir un crecimiento orgánico, en vez de un crecimiento mediante adquisiciones., Breen ha reducido la deuda de Tyco, desde que llegó a la empresa en julio del 2002, de US$ 26 millones a cerca de US$ 14 millones. Ya ha recuperado la calificación de Moody´s. Es probable que pronto el nombre de Tyco pueda ser sinónimo de algo bueno.
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Este es el resumen del artículo "Una tarea difícil" publicado en Septiembre 2004 en la revista Fast Company.
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