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Por qué se justificaría la guerra |
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| Las divisiones son profundas y el lenguaje es fuerte. Esto es lo que ha logrado la posible guerra en Irak, división entre líderes, países y marchas. En términos de emoción y estilo, la división es insalvable, pero no en términos de la esencia.
Ambos grupos están en contra de la violencia y la muerte, pero también en contra del dictador iraquí, a quien ven como violento y criminal. En muchos de los países occidentales las encuestas muestran que la mayoría estaría de acuerdo con una guerra si estuviera aprobada por las Naciones Unidas, y la mayoría de los manifestantes aspira a que Hussein entregue sus armas nucleares tal como ha dispuesto el reglamento de la ONU y cese también la incertidumbre de la población iraquí.
Los manifestantes en contra están más interesados que los británicos y norteamericanos en un cambio de régimen. Esto hace a estos manifestantes de hoy en día muy diferentes a los de los años `60 y tempranos `70, que hasta sentían cierta simpatía por los vietnamitas y su líder Ho Chi Minh. No se trata entonces de objetivos o el análisis del problema, sino sobre la posibilidad de encontrar una solución pacífica al problema y de si la guerra es la única alternativa.
En 1991, cuando bajo la iniciativa norteamericana, las Naciones Unidas autorizaron el desalojo iraquí de Kuwait, se decidió que el acuerdo de cese al fuego era preferible a una total invasión a Irak; a cambio, se exigía el desarme de instrumentos bélicos químicos, biológicos, nucleares o de misiles de largo alcance. A esto se sumó una zona de no agresión controlada por vuelos británicos y americanos. El trato duró hasta que los inspectores de armas de la ONU fueron desalojados por los iraquíes en 1998 hasta noviembre del 2002.
¿Qué se logró en esos doce años de control sobre Irak? Recientemente se han encontrado rastros de programas de armas biológicas y químicas y miles de bombas han sido lanzadas en la zona de no agresión para prevenir a Hussein sobre sus intenciones de continuar con sus políticas de guerra. Pero las sanciones han afectado a la población pero no al dictador. Hussein se ha mantenido en el poder usando la fuerza, las ganancias del mercado negro y su control sobre los ingresos petroleros y ha confirmado su ambición de poder así sea bajo el uso de armas nucleares.
Es por ello que algo tiene que cambiar. Aunque las sanciones y el bombardeo continuo son injustos, y han alimentado el enojo de los musulmanes hacia América, Hussein requiere ser desarmado y replegado. La pregunta es ¿cómo?. Podría ser rodeado, pero los países vecinos no están de acuerdo. El país podría ser también ocupado por fuerzas de seguridad de la ONU para permitir la labor de los inspectores, pero podría darse el caso de Bosnia, cuando se tomaron como rehenes. O bien se le podría amenazar con un ataque si se niega a obedecer las resoluciones. Esta última opción es la que persigue Estados Unidos, y parece ser la menos mala de todas las.
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Este es el resumen del artículo "Por qué se justificaría la guerra" publicado en Febrero 22, 2003 en la revista The Economist.
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